Regroup

Esta semana llegaba a nuestras tiendas Firewall Zero Hour, el último shooter táctico de IdentityCorp para PlayStation VR. Una propuesta que aún desconocemos cómo funcionará entre el público y entre la crítica especializada, pero que tuvimos la oportunidad de probar durante algo menos de media hora en la pasada Gamescom 2018, y que, ciertamente, nos dejó sensaciones encontradas. Por un parte, pudimos plantar cara a un conjunto considerablemente sólido, que dejaba un gran sabor de boca gracias a su acertado enfoque estratégico. No obstante, se trataba de un conjunto que no lograba lidiar con las carencias e inconveniencias del dispositivo, y que, conforme lo jugábamos, nos planteaba sendas dudas sobre sus posibilidades a largo plazo.

Pero empecemos por el principio; por la raíz, por el motor. En esta ocasión, las influencias de IdentityCorp están claras. Firewall Zero Hour es una aventura que bebe de clásicos del género como Counter Strike o Rainbow Six con tal de ofrecernos una experiencia relativamente similar, pero triplemente inmersiva. No reinventa la rueda, y, de hecho, los favores que le hace al género son bastante anecdóticos, pero ello no le resta valor: puede que no sea un juego tremendamente innovador, pero al menos lo que hace, lo hace bien, y eso no es algo de lo que puedan presumir todas las entregas que llegan a nuestras manos.

En esta misma línea, podemos destacar el punto de partida argumental que justifica la acción, simple pero eficaz. Desde el rol del atacante, nos encontraremos en la piel de un mercenario contratado anónimamente por una agencia, que tiene como objetivo principal recabar la información presente en el disco duro de un ordenador portátil con ayuda de hasta tres compañeros, siendo la ubicación del dispositivo una variable dentro del conjunto, que se ve modificada en función del escenario en el que juguemos. Sobre el papel, se trata de una misión considerablemente sencilla, aunque para llevarla a cabo tendremos que vernos las caras con un equipo de otros cuatro defensores que, en principio, no debería de ponernos las cosas nada fáciles.

Como bien imaginaréis a estas alturas de la película, el modo de juego principal de este Firewall no deja de ser una variable de míticas modalidades como Buscar y destruir de la franquicia Call of Duty, lo que, en definitiva, es sinónimo de tres elementos: juego en equipo, comunicación y muerte permanente. Tres elementos que realmente funcionan, y que, bien implementados, pueden dar lugar a partidas muy divertidas y variadas. Es precisamente ahí, en la variedad, donde parece residir una de las grandes preocupaciones del estudio, que constantemente busca subsanar a través de ideas y mecánicas como, por ejemplo, el posicionamiento aleatorio por el mapa de diferentes objetos vitales para llevar a cabo nuestra misión. Como cualquier propuesta de estas características, estamos ante un juego que se puede acabar haciendo algo repetitivo con el paso de las horas, y que, por tanto, precisa de un buen apoyo post-lanzamiento y de un notable nivel de contenidos base para funcionar como Dios manda. Eso sí, como mínimo, nos llevamos la tranquilidad de que, en cuanto a esto último, el juego parece que contará con buenos números, presentando una cantidad de escenarios notable y un total de 12 personajes jugables, todos ellos con sus propias apariencias y habilidades especiales.

Firewall Zero Hour

Dichos mercenarios se podrán seleccionar, junto al arsenal, en la sala de espera del juego; un lobby a través del cual podremos realizar votaciones, modificar diversos parámetros y, en definitiva, preparar la partida con nuestros compañeros, a los que podremos ver en tiempo real desde el primer minuto. Todo esto contribuye a reforzar una sensación de inmersión constante, que realmente se siente lograda y que, gracias a sus físicas y a su notable sistema de colisiones, resulta más atrapante de lo que inicialmente cabía esperar, todo sea dicho. Además, como no podía ser de otra forma, nos encontramos ante un juego completamente compatible con el periférico Aim Controller, que funciona a las mil maravillas, y también ante un proyecto que integra de una forma bastante acertada y orgánica todos los elementos de su interfaz, poniendo mucho de su parte a la hora de trasladarnos a su universo.

Firewall Zero Hour

Como en cualquier shooter contemporáneo, podremos personalizar nuestras clases con diversas armas, accesorios, equipo balístico e incluso habilidades especiales.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y a la hora de lidiar con los propios problemas del soporte Zero Hour no parece tener tanto atino como con su núcleo jugable. Por una parte, si bien nos encontramos ante una propuesta puntera para estar hablando de PlayStation VR, no logra contar con un acabado tan realista como nos gustaría, mostrando ciertas costuras de manera puntual – como texturas en baja resolución o animaciones algo erráticas – que nos acaban sacando de la experiencia. De la misma manera, se trata de un juego muy limitado por el control, que parte de una buena base, pero que, pese a ofrecer posibilidades al jugador, acaba perdiendo enteros por algo de lo que no es directamente culpable. Por defecto, el esquema de control se encuentra activado en un sistema de movimiento libre y giro gradual, realmente suave, pero que no deja de ser incómodo dado el frenético ritmo al que sucede la acción. Por ello, se ha implementado un sistema de control libre que nos da el completo manejo sobre el movimiento y la cámara, potenciando una vez más la inmersión, pero facilitando los mareos del usuario menos experimentado. Sea como fuere, está claro que los chicos de IdentityCorp han intentado hacer todo lo posible al respecto, pero desgraciadamente no han acabado de pulirlo tanto como nos habría gustado.

En definitiva, y obviando su escaso afán por la innovación, creo que Firewall Zero Hour tiene mimbres para ser una de las grandes aventuras de acción competitiva de la plataforma, presentando un gunplay satisfactorio, una variedad de contenido de lanzamiento más que aceptable y un conjunto jugable considerablemente adictivo, que realmente intenta que nos metamos en su mundo y que pone a nuestra disposición herramientas muy útiles para que no caigamos en el tedio a las escasas horas de hacerlo. No obstante, para alzarse con dicho título primero tendrá que pulir sus asperezas técnicas y, posteriormente, demostrar a la comunidad sus posibilidades a largo plazo, brindándole al juego un apoyo post-lanzamiento a la altura de las generaciones actuales. Hay buenas ideas, y mayormente se encuentran bien ejecutadas; ya solo falta un poco de tiempo y amor propio.