Una entretenida campaña con altibajos

Wargroove es un juego táctico por turnos desarrollado y publicado por Chucklefish, editores de juegos como Starbound y Stardew Valley. En esta ocasión, nos traen un pixel-art 2D inspirado en el juego táctico Advance Wars pero con una ambientación de fantasía medieval. El juego, que también posee elementos de Fire Emblem, se ha considerado un sucesor espiritual de Advance Wars lo que para muchos ha supuesto ser uno de los juegos más esperados de este 2019.

Al igual que en Advance Wars, Wargroove nos plantea una campaña entre distintas facciones (humanos, floránidos u hombres-planta, no-muertos y samuráis) que lucharán por sus reinados situados en diferentes biomas (llanura, bosque, desierto y tierras nevadas). En la campaña, lideramos como comandante a Mercia, hija del Rey de Guíndal. Le ayudaremos en su lucha contra Valder, líder nigromante de Macabria, y su ejército de no-muertos. Tanto los biomas como las diferentes facciones no influyen en las capacidades de las unidades, pero sí lo harán el clima y el poder característico de cada comandante. A medida que avancemos en el modo campaña desbloquearemos más información sobre el juego (lore) en un códice que podremos consultar siempre que queramos. También se desbloqueará una galería de imágenes del desarrollo y la “gramola” donde podremos escuchar la banda sonora del videojuego. Además, habilitaremos la posibilidad de controlar comandantes de otras facciones (hasta 3 comandantes por facción) en el modo arcade. A diferencia de Advance Wars, además de destruir el nexo o fortaleza del enemigo podremos ganar el combate si derrotamos al comandante rival (similar a Fire Emblem). Los comandantes y su poder será la principal razón (más allá de la estética) por la que elegiremos una facción u otra.

El modo campaña toma clichés de cualquier campaña bélica sin aportar ningún trasfondo tan complejo como en Advance Wars. No obstante, existe frescura en los diálogos con un toque de humor que confiere personalidad a cada uno de los distintos comandantes. Si no te atrae su apariencia o su poder, tal vez sí lo haga su personalidad desde el serio Sumo Botánico hasta la guerrillera Ragna. Si completamos el modo campaña seremos recompensados con más temas secretos que no figuran al comienzo.

El poder de Groove

Los comandantes actúan como una unidad más (con bastante mayor vida) y con la capacidad de recargar su poder. Aquí, en Wargroove, el poder se denomina Groove y por lo general, no es tan determinante como una técnica en Advance Wars. Tendrá un alcance limitado y de forma generalizada, es de carácter defensivo (para ayudarnos a proteger al comandante). Lo que beneficiarnos del poder y ataque del comandante supone un riesgo si no calculamos bien su posición. Si lo dejamos demasiado expuesto podemos perder mucho antes de lo que esperamos.

Ante la IA del juego, el comandante es una buena opción para atraer la atención del enemigo hacia un punto del mapa y poder concentrar las amenazas en una zona. A menudo, nos servirá para ganar tiempo y agrupar nuestras tropas en dicha zona. Si no defendemos correctamente al comandante o no vigilamos bien nuestra fortaleza, la partida acabará pronto. Lo que puede llegar a ser frustrante si se alarga la partida durante mucho tiempo.

Los distintos tipos de unidades (iguales para todas las facciones pero con diferentes nombres/estética) tienen vulnerabilidades hacia otros tipos, actuando como piedra-papel-tijera. La caballería es débil contra piqueros, pero éstos a su vez contra balistas y éstas contra la propia caballería. Reclutar estas unidades en los cuarteles requieren oro en función de su fuerza. Lo que a diferencia de otros juegos tácticos, existe una escala ascendente de poder, empezando por los soldados que son vunerables a casi todos los demás tipos. Como única ventaja, las unidades más débiles como la infantería tienen la posibilidad de capturar estructuras o ciudades que darán oro en cada turno. Existe una enorme restricción de reclutamiento, sólo seremos capaces de reclutar una unidad por cuartel en cada turno lo que claramente beneficia a las unidades poderosas y ahorrar oro supone una estrategia fiable para contrarrestar unidades menos poderosas.

La sencillez como fortaleza de Wargroove

Uno de los puntos fuertes de este juego es la carencia del azar. De antemano, al pasar el cursor por una unidad que quieres atacar sabrás el daño que causarás y el daño que recibirás. Esto implica que es posible calcular previamente la suma de daño que causaremos y nos ayudará a entender mejor con qué tipo de unidad nos interesa atacar. Además, existe la posibilidad de causar daño crítico pero éste funciona cumpliendo una condición de dicha unidad. Por ejemplo: los piqueros harán crítico si están adyacentes a otro piquero. Los soldados harán crítico si están adyacentes a su comandante. O el trabuquete hará crítico si alcanza a un objetivo en su máximo rango. Todo ello añade una profundidad estratégica en el posicionamiento y supone todo un acierto a la jugabilidad de Wargroove.

El azar no existe y el crítico añade una profundidad muy interesante

Así mismo, al igual que en Advance Wars, deberemos tener en cuenta el tipo de terreno en el que nos encontremos. Las montañas aportan más defensa pero es más difícil moverse por ellas, el bosque limita la visión cuando hay niebla de guerra o los ríos debilitan nuestras tropas. Todo ello está debidamente explicado en el apartado de ayuda del códice, totalmente en español y detallado en números y porcentajes sencillos.

Otros modos y el multijugador

Por otro lado, tenemos el modo arcade y el modo puzle. El modo arcade nos permitirá seleccionar el comandante que más nos guste y una dificultad (fácil, normal y difícil) para superar una serie de mapas simétricos enfocados al 1vs1 directo. En el modo puzzle tendremos objetivos diferentes a los habituales debiendo estudiar cada movimiento de cada turno para resolver el rompecabezas. Se echa de menos este tipo de mapas en las misiones tanto principales como secundarias del modo campaña.

En cuanto al multijugador, posee las mismas características que el modo arcade, pudiéndose jugar en local y online. La equivalencia entre unidades de distintas facciones hace que todos los jugadores posean las mismas posibilidades pudiendo orientarse hacia un competitivo real. Lo que añade más recorrido a falta de un sistema de puntuación o ranking para este modo.

La flaqueza de un diseño no tan elaborado

Wargroove no alcanza la cúspide que supuso Advance Wars en cuanto a juegos tácticos por diversas razones. Entre ellas, hay cinco debilidades a destacar:

  1. El diseño del modo campaña deja mucho que desear. Mapas poco inspirados frente a nuevas mecánicas que traen demasiados altibajos al ritmo de juego. Pudiendo encontrar mapas fáciles y mapas bastante complicados en misiones consecutivas.
  2. La escala de poder de las unidades hace que cualquier unidad poderosa (bien jugada) junto con la restricción de reclutamiento hace que ésta tenga más impacto que cualquier estrategia de unidades débiles. Si el mapa posee demasiadas ciudades que generan dinero, no será posible evitar el efecto bola de nieve ante una expansión rápida. Esto implica que la propia IA cuando parte con ventaja económica no reclute unidades.
  3. Enlazando con lo anterior, la inteligencia artificial es deficiente cuando el mapa posee niebla de guerra. Aguardando las tropas enemigas, es posible asegurar la partida a base de insistir porque la IA no reclutará cuando podría hacerlo y porque fuera de visión pierde la intuición de vaticinar unidades débiles. Esto alarga innecesariamente las partidas hasta que se logra derrotar a la IA.
  4. La interfaz está bien implementada pero resulta incómoda, especialmente con mando. Se echa en falta la posibilidad de consultar rápidamente las casillas de avance y ataque de las unidades enemigas en conjunto, así como mostrar de forma más clara algunos datos. Por ejemplo: el botón de fin de turno se sitúa en primer lugar en el submenú para obtener información de la misión o del terreno lo que puede dar lugar a terminar el turno antes de tiempo. Afortunadamente esto lo han corregido en la última actualización y prometen mejorar visualmente la interfaz en futuras actualizaciones.
  5. Existe una buena progresión en cuanto al desbloqueo de contenido extra como las galerías de imágenes y de música. Pero el progreso en cada partida para obtener los rangos de puntuación se vuelve frustrante. Obtener el rango S en cada misión (tanto principal como secundaria) se limita a completar la misión en el menor número de turnos posibles mientras que en Advance Wars se tenía en cuenta tres valores: la rapidez, la fuerza (la cantidad de unidades derrotadas) y la eficacia (la cantidad de unidades propias no destruidas).

Por todo lo demás, Wargroove suple la necesidad de un juego de estas características siendo toda una reminisciencia del conocido Advance Wars. Los desarrolladores ya han escuchado a la comunidad y aseguran que habrá nuevo contenido para reforzar sus debilidades y ajustar las dificultades del juego.

La personalización multiplica las posibilidades

Uno de los mejores puntos de Wargroove es que, ante el vacío de este tipo de juegos, nos ofrece la posibilidad de diseñar nuestros propios mapas y elaborar nuestras campañas (con pequeñas escenas de introducción incluidas). Tal vez, las campañas realizadas por los jugadores sean capaces de superar ampliamente a la del juego original. La interfaz del editor peca de reducirse su tamaño a cambio de agilizar los movimientos. Cambiar entre unidades o terreno podría ser más rápido mediante atajos de teclado, así como a la hora de elaborar las escenas. Por lo demás, da la posibilidad de crear campañas idénticas a la original (con sus misiones principales, secundarias y sus divertidas escenas). Estamos convencidos de que la comunidad dejará volar su imaginación ante la posibilidad de configurar su campaña con un diseño tan preciso y entretenido como lo fue Advance Wars.

Un juego táctico y personalizable con el encanto bélico de la estrategia

Galardón-Plata-HyperHypeEl juego en sí mismo es un homenaje a la estrategia, apostando por un enfoque más táctico que estratégico. Ateniéndonos a pensar más en el posicionamiento del turno que en los movimientos generales a través del mapa. Jugar a defender o atacar dos objetivos, junto con la restricción de reclutamiento y el efecto de bola de nieve limita las posibilidades de generar estrategias a largo plazo capaces de darle la vuelta a los combates. Esto se hace más evidente en el multijugador online. El efecto de bola de nieve supone una forma de no alargar las partidas demasiado pero a cambio, obliga a empobrecer la IA y limitar al jugador. Algún sistema de fatiga o un enfrentamiento más directo ayudaría a agilizar las partidas. Wargroove, pese a sus defectos, sigue siendo un juego táctico consistente en su forma y lo suficientemente flexible como para ser capaz de alcanzar el nivel de Advance Wars con el tiempo. No será el juego que muchos esperan (o recuerdan) pero sí será el juego que nos permita esperar mucho más. Lo que lo convierte en un videojuego altamente recomendable para cualquier jugador amante de la estrategia. Wargroove nos invita a jugar a la guerra, pensar cada movimiento y liderar las tropas hacia la victoria.


Este análisis se ha realizado con una copia de Steam adquirida por la redacción