La misma telaraña, pero mejor tejida
Al fin ha llegado el día que muchos de vosotros esperábais ansiosos. Hoy, 7 de septiembre de 2018, se pone a la venta el gran exclusivo de Sony de este año, y el que es, desde luego, uno de los grandes pesos pesados de cara a la campaña navideña. Hoy se pone a la venta Marvel’s Spider-Man, lo nuevo de Insomniac Games para PS4. Un título con el que los padres de Ratchet & Clank se lanzan a un mundo abierto mucho más vasto y ambicioso que Sunset Overdrive, y con el que se fijan su objetivo más difícil hasta la fecha: satisfacer a una comunidad enorme, detallista y tremendamente puntillosa como la proveniente del inmenso universo Marvel. Personalmente, he de admitir que todavía no cuento con una versión final del producto en mis manos, aunque sí que pude hincarle el diente con anterioridad durante la pasada Gamescom 2018, donde pude jugar durante poco más de media hora a una demo no demasiado antigua del título. Por ello, en el día de hoy os voy a dar una serie de tips y consejos que, espero, tengáis en cuenta antes de lanzaros como locos a vuestras tiendas más cercanas a por una copia del juego, basándome en mi propia experiencia. ¡Vamos allá!
Uno de los puntos más destacables de la nueva propuesta del Hombre Araña salta a la vista desde el primer minuto. Contra todo pronóstico, lo nuevo de Insomniac Games luce genial, contando con unos modelados tremendamente cuidados y con unos efectos visuales que rozan la demencia. Los escenarios son muy vastos, encontrándose repletos de edificios, enemigos y, en general, cosas que hacer, y lo mejor es que todo resulta excesivamente fluido. Dicho afán por la perfección realmente nos hace sentir que nos encontramos ante un triple A con todas las letras; un ‘blockbuster’ del videojuego en cuyo desarrollo no se han escatimado con los recursos, y en el cual la cantidad del contenido se ha cuidado tanto, aparentemente, como la calidad del mismo.
De hecho, nos encontramos ante un mundo abierto en toda regla, con todo lo que eso implica. Podremos pasearnos a placer por las calles de Manhattan – lo cual resulta increíblemente satisfactorio y divertido gracias a lo pulido que está el sistema de balanceo del personaje – así como intercalar con la trama principal tantas misiones secundarias como deseemos. La libertad gusta, y permite al jugador encarar al producto de diversas maneras, pudiendo contar con una experiencia realmente variada y, por ende, disfrutable. No obstante, a dichas ventajas hemos de sumar las carencias propias del género, que no brillan por su ausencia y que, de hecho, están más presentes que nunca. Con estos óbices hacemos explícita referencia al síndrome Ubisoft; a las misiones de recadero, a los coleccionables a porrillo, a las atalayas disfrazadas – en esta ocasión, de rascacielos – y a un mapa lleno de iconos que solo busca abrumarnos con sus posibilidades de cartón.
En lo que respecta al combate, lo cierto es que, siguiendo los pasos de propuestas como las que componen la saga Batman: Arkham, podemos plantarle cara a un sistema de batalla muy fluido, casi automatizado, en el que nuestra mayor responsabilidad no será otra que la de utilizar nuestros sentidos arácnidos para preveer y contrarrestar los ataques rivales. Nos ha gustado mucho, eso sí, la gran interacción que hay entre el entorno y el protagonista, pudiendo utilizar los objetos que le rodean para acabar con sus enemigos de una forma realmente satisfactoria y sencilla. No obstante, nos apena que todas estas posibilidades se vean, en parte, desaprovechadas, pues, al menos por lo que pudimos ver, nos encontramos ante un juego realmente fácil, que sacrifica el reto en pos de la accesibilidad y que, por tanto, no nos obliga a exprimirnos demasiado el coco a la hora de encarar grandes adversarios. Ni siquiera nos ocurrió con el único jefe final al que nos pudimos enfrentar, el Shocker; un enfrentamiento bien pensado, divertido al fin y al cabo, pero que completamos a la primera sin sufrir demasiados daños, restándole peso a un combate que, planteado de otra forma, podría haber llegado a ser realmente épico.
Sin embargo, todo esto que comentamos resulta lógico, a fin de cuentas. Marvel’s Spider-Man es una obra inteligente, pues tiene su target muy claro; conoce a sus jugadores, sabe qué ofrecerles, y cómo y cuándo hacerlo. Prueba de ello es su historia, la cual, por cuestiones obvias, aún no podemos valorar en profundidad, aunque por lo visto hasta ahora parece ser que será del gusto de los fans acérrimos, metiéndonos en la piel de un Peter Parker experimentado que ya lleva la friolera cifra de siete años enfundándose el traje, y que tendrá que lidiar con sus problemas de trabajo y pareja de una forma familiar y cercana. No faltarán los giros de guion, los guiños y las secciones con otros personajes jugables a lo largo de las más de 15 horas que dicha Campaña nos tendrá pegados a nuestras pantallas; una duración más que aceptable teniendo en cuenta el enfoque que se le ha querido dar a la aventura.
Por último, me gustaría hacer una pequeña mención a aquel Spider-Man 2 para PlayStation 2, que realmente fue, para muchos de nosotros, un primer pasito en el mundo abierto. Y hago esta breve mención porque, por increíble que parezca, este Marvel’s Spider-Man consigue llevarnos atrás en el tiempo transmitiéndonos unas sensaciones jugables muy parecidas, donde la libertad de acción y el hecho de meterse en la piel de Spidey acaban conquistando a prácticamente cualquier fan del género o del cómic, independientemente de los fallos que el producto global acabe teniendo. Son esos jugadores los que ya deberían de estar acudiendo a sus tiendas más cercanas a por una copia del mismo, pues estoy seguro de que, al menos desde un plano jugable y técnico, el título no les decepcionará. Ese privilegio quedará reservado, quizás, para los amantes de las aventuras concisas, intensas y lineales, que no encontrarán aquí, con bastante seguridad, esa experiencia contemplativa y exótica que están buscando.