"I don't get people. Never have, never will."

Recuerdo con especial cariño la primera vez que jugué The World Ends with You. Ya no solo por el descubrimiento que supuso para mí encontrar este grandísimo título de culto que durante tantísimas horas me tuvo enganchado como un enfermo a las pantallas de mi Nintendo DS, sino también por todo lo que la obra, desarrollada por una considerable parte del equipo original de Kingdom Hearts, supuso para mí. The World Ends with You fue el primer videojuego que me atreví a jugar en íntegro inglés, pese a mis, por entonces, relativos conocimientos sobre la lengua de Shakespeare. Una entrega que, dotada de un tremendo magnetismo, me hizo poner mucho de mi parte a la hora de entrar en el complejísimo mundo que me ofrecía, pero que me supo recompensar con una de las mejores aventuras de las que he podido disfrutar en toda mi vida.

The World Ends with You no es un título convencional – y, de hecho, está muy lejos de poder ser catalogado como tal -. Dicha anomalía, sumada al nulo trabajo de localización occidental y al auge de la piratería portátil, acabó haciendo de la propuesta poco más que un experimento capaz de enamorar perdidamente al usuario dispuesto y dedicado, pero que no tardó en caer en el olvido del resto. No obstante, creo que, como producto y pieza de arte, cumplió su objetivo, creando una pequeña escuela de aficionados que denotaban cierta complicidad cuando se descubrían entre sí, y que no tardaban en compartir con el prójimo cómo la historia de Neku había marcado sus vidas. Es por esto que, mientras estoy escribiendo estas líneas, me encuentro profundamente aterrado, y es que, en parte, me alegro porque una entrega de este calibre tenga la oportunidad ahora, de llegar a tantísima gente – pudiendo verse sucedida, en el caso de una buena acogida popular, por una hipotética secuela, que seguro daría mucho de qué hablar -. Sin embargo, es dicha apertura lo que me causa auténtico pavor, siendo capaz de desmitificar una obra que, siento, ha perdido algo de sentido a día de hoy, pese a conservar intacta su magia.

Y es que, al final del día, Square Enix y Jupiter parieron en 2007 una propuesta verdaderamente intimista, que, como Persona 4, tiene mucho de JRPG, sí, pero también mucho de novela visual, siendo este último un género que usualmente peca de aburrido y de poco dinámico para el público más centrado en el mainstream, pero al que, pienso, el juego le hace un verdadero favor, siendo un espléndido acercamiento al mismo. Este particular enfoque le brinda una enorme facilidad al videojuego para poder contar una historia realmente densa, profunda y entramada, repleta de clichés bien llevados y de giros de guión muy bien construidos, que aborda temas polémicos de una forma atrevida y que, desde luego, se siente como una oportunidad muy bien aprovechada. Gran parte de esta culpa reside en sus protagonistas, y es que cada personaje principal se antoja como una excusa para dar lugar a la reflexión interna, abordando nuevas materias, tales como la marginación social, desde una perspectiva siempre madura y respetuosa. En el plano narrativo, cada personaje tiene su función, su estilo y su humor (normalmente de carácter japonés, ya sabéis), y a partir de dichos elementos y de sus interacciones con el entorno, construyen una personalidad que se siente orgánica y real, y que nunca se siente inmutable ante las circunstancias a las que van plantando cara de manera progresiva.

Todo queda tan bien hilado que, por momentos, asusta, y dicha sensación se potencia si entendemos la obra dentro de su contexto. Realmente creo que, si nos trasladamos diez años hacía atrás en el tiempo, podríamos ver de primera mano cómo el juego, gracias a los temas con los que se atreve a lidiar, pudo tener un impacto en los adolescentes de dicha época. The World Ends with You es un reflejo de la sociedad nipona de principios de siglo, y no tiene problemas en hacerlo explícito con tal de aportar su granito de arena en la ardua tarea que supone potenciar el desarrollo social y cultural de la misma.

The World Ends With You

Dejando la narrativa a un lado, he de reconocer que la aventura intentó realizar grandes cambios, además, en nuestra manera de jugar y de interactuar con los enemigos a través de una jugabilidad que quizás no tuvo tanto impacto como su argumento, pero que, dado su peculiar enfoque, conseguía interesarnos por las posibilidades que nos brindaba. A día de hoy, partiendo de la base de que el sistema de combate se nota pensado para la primera portátil táctil de Nintendo, nos encontramos con un esquema de control basado únicamente en el correcto uso y concatenación de unos ‘pines’ – sé que suena algo raro, pero, bueno, ya sabéis, Japón -. Dichas chapas cuentan con habilidades especiales asociadas que nos permitirán plantar cara a nuestros rivales (a.k.a. ‘Ruido’), y a las que podremos acceder tocando de formas muy variadas la pantalla de nuestra consola. Además, contamos, por supuesto, con la posibilidad de escapar, de movernos libremente por el reducido campo de batalla, así como de poder utilizar, en momentos determinados del combate, una habilidad conjunta con nuestro compañero, que se irá recargando a medida que aumentemos nuestra ‘sincronía’ con él.

Si bien en términos jugables no nos encontramos ante ninguna delicia, es curioso ver cómo propuestas así son capaces de ofrecernos, incluso a día de hoy, experiencias de nicho muy diferentes a lo que estamos acostumbrados. Basar su sistema de combate en un amasijo de ideas propias no me podía parecer una mejor opción, sobre todo cuando estas tienen sentido y están en consonancia con lo que se pretende transmitir a través de los diálogos y de las cuidadas secuencias de corte anime.

Lo único que me saca un poco de la experiencia, eso sí, es un fallo que, paradójicamente, es culpa de esta edición “mejorada”, y es que siento que, al menos en el modo TV, creo que los controles no le hacen justicia. Al ser una propuesta muy basada en el uso de la pantalla táctil – tanto que nos resultará imposible interactuar con la acción en pantalla a través de los botones; ni para mover al personaje -, se ha integrado un control adicional adaptado a dicha modalidad, que permite disfrutar de la entrega haciendo uso del giroscopio y de la detección de movimientos. He de reconocer que como idea está bien, y personalmente no podría agradecer más su integración, pero realmente es un concepto que creo que no acaba de cuajar en un producto así, pues rara vez podremos accionar los pines de nuestra pantalla con la misma velocidad que seleccionándolos manualmente a través de gestos.

A New Day
The World Ends With YouSin restar relevancia a la enorme posibilidad que supone poder disfrutar de una obra de estas características en español, creo que la novedad más importante que se ha introducido en este Final Remix es un nuevo capítulo post-game, el cual ha sido bautizado por el equipo al cargo como ‘A New Day’. A lo largo de una hora y media de duración, el episodio será capaz de sorprendernos de manera puntual con algún que otro detallito, expandiendo, claro está, nuestro conocimiento sobre la ciudad de Shibuya en la que se ambienta la propuesta, aunque en ningún momento se acercará nimiamente al nivel de la campaña principal. Como añadido, he de decir, está bastante bien, pero no creo que sea una razón de peso para pasar por caja una segunda vez.

Dejo para el final, como de costumbre, todo lo relativo al apartado audiovisual, aunque en este caso creo que las imágenes que acompañan a este texto hablan por sí mismas. La aventura no busca el impacto social y la sorpresa del jugador a través de efectos especiales de gran presupuesto o de unos modelados excesivamente detallados (de hecho, los NPCs se notan considerablemente menos trabajados que los personajes principales de la historia). No obstante, consigue desmarcarse del resto de aventuras a través de un diseño artístico alternativo excepcional, francamente cuidado, que sigue una misma línea en cuanto a personajes y escenarios y que, por tanto, construye rápidamente un conjunto visual mágico capaz de transmitir multitud de sensaciones a través de todos los elementos que lo componen, rebosantes de mimo y buen hacer. Igual ocurre con la banda sonora, compuesta por una amplia selección de temas generalmente electrónicos de ritmo muy marcado, que no tienen miedo a la hora de experimentar con nuevos géneros y sonidos, y que acompañan de una forma inmejorable la acción que aparece en pantalla. Puede que, como producto independiente, no llegue al nivel de obras de mayor calado como The Witcher 3: Wild Hunt, Nier o Drakengard, pero vamos, ni una queja aquí.

Sombra del Tiempo

Galardón-Plata-HyperHype

The World Ends with You – Final Remix es, en términos calificativos, la obra más curiosa con la que me he cruzado en todo lo que llevamos de 2018, y es que precisamente aquellos fallos que me impiden tildarlo de ‘imprescindible’ son, justamente, esos errores que ha traído consigo la adaptación a Nintendo Switch (especialmente, relativos al control). Sin embargo, como producto, la obra que hoy tenemos entre manos fue, es y será por muchos años todo un must. Una aventura emotiva, lírica, cruda y cercana que, pese haber perdido algo de impacto con el paso de los años, sorprende al nuevo usuario de manera reiterada a través de sus buenas ideas jugables y de su memorable guion. Una historia que cualquier amante de los videojuegos debería de conocer, y con la que debería de tener vía libre para la emoción, el aprendizaje y la reflexión.


Este análisis ha sido realizado con un código de descarga para Switch cedido por Nintendo.

Agradecimientos especiales a Alia Kido por su indudable ayuda a la hora de concebir y elaborar parcialmente determinadas partes de este artículo – en especial, aquellas relacionadas con el contexto, la documentación y la ambientación de la obra -. Va dedicado, Lara.