Osiris trae consigo una auténtica maldición para quienes no quieren pasar por caja

El pasado 5 de diciembre se puso a la venta La Maldición de Osiris, el primer contenido descargable anunciado para Destiny 2 que, formando parte del Pase de Temporada, ya se encuentra a disposición de todos los usuarios de PC, PS4 y Xbox One. El contenido, al que ya hemos podido tener acceso completo, trae consigo decenas de nuevas armas, armaduras por un tubo y una nueva Campaña de unas 4 o 5 horas de duración como mucho, pero francamente disfrutable, y plagada de escenarios con un nivel artístico apabullante, de esos que quitan el hipo.

Pero no todo ha sido bueno en lo que respecta al estreno de este DLC, y es que los problemas y quejas por parte de la comunidad no han faltado a su cita, tal y como ocurrió con el primer Destiny años atrás. Se repite la tragedia, y el título, que recomendamos decenas atrás en el pasado, se ha vuelto una enorme vorágine de candados digitales y pantallas rojas para aquellos que no han querido pasar por caja. Al parecer, funciones básicas de esta aventura de acción en primera persona tales como el acceso a los asaltos se han visto muy limitadas, llegando a niveles insospechados en los que prácticamente se obliga al jugador a actualizarse haciéndose con todas las extensiones que se pongan a la venta post-lanzamiento.

El Crisol, el modo PVP de la entrega, también se ha visto gravemente fracturado, pues, al margen de que ahora mismo el matchmaking es mucho más lento dado a que una parte muy considerable de usuarios se encuentra jugando a los nuevos mapas, las armas introducidas están francamente desbalanceadas. Así es el caso de Prometheus Lens, un fusil láser de aspecto similar al Corazón Gélido, pero que, a diferencia de este, destroza a cualquier oponente en cuestión de milisegundos.

Si este rifle de largo alcance se hubiese introducido gratuitamente a través de una actualización, seguramente no le daríamos más bombo, pero al formar parte de un contenido descargable de pago, la verdad, nos hace formularnos cuánto hay en esto de accidente y cuánto hay de intencionado. Aquí ya nos conocemos todos, Bungie. ¿Estabas tratando de proporcionar una clara ventaja a aquellos que se hicieron con tu DLC desde el día uno?

Usando los trofeos (mal) como una herramienta para atraer al consumidor

El último punto que me gustaría tocar en este artículo, y el que sin duda más me ha indignado como cazador de trofeos, ha sido la decisión de bloquear el trofeo de Platino para todos los jugadores que no puedan acceder a las nuevas misiones. Más concretamente, el bloqueo se ha producido con el trofeo Prestigio, el cual nos instaba a superar la raid principal de Calus o un asalto cualquier en el nivel de luz máximo permitido por el juego. Sin embargo, lo que ha ocurrido esta vez ha sido que el DLC ha traído consigo, de forma casi colateral, un aumento de dicho nivel – que anteriormente se encontraba en 300- debido al poderoso arsenal introducido, por lo que ahora cualquier interesado en hacerse con el logro debe contar con un nivel recomendado de 330. Un nivel al que, obviamente, no se puede llegar sin el citado armamento.

Desde Bungie ya han asegurado estar al tanto de todos estos problemas, y han prometido solventarlos en la medida de lo posible. No me cabe la menor duda de que, con el paso de los días, no faltarán a su palabra, y todo volverá a la normalidad en el universo de Destiny. Pero algo francamente similar a esto mismo que he relatado, ocurrió con su predecesor, y precisamente por ello nos hace replantearnos muchas cosas. ¿Realmente Bungie desconocía la opinión que el público iba a tener al respecto? ¿Era necesario este tirón de orejas por parte de la comunidad? ¿Y si la compañía se ha decantado por “hacer las cosas mal” a posta, con tal de ver si su público reaccionaba de una forma pasiva ante esta situación? Esperamos vuestra opinión en los comentarios. Espero que no seáis tan malpensados como yo.