¿Era mucho pedir, Nintendo?

Normalmente, se asume que todo el mundo tiende a aprender de sus actos (con sus aciertos y errores correspondientes), en pro de mejorar de cara al futuro. Sin embargo, toda norma tiene su excepción, y en lo que a servicios de suscripción online se refiere, Nintendo es ese animal que tropieza 2 veces con la misma piedra, tal y como hemos podido ver esta semana con la ¿suma? de nuevos servicios a Nintendo Switch Online, en forma de la llegada de títulos de Nintendo 64 y Megadrive bajo un nuevo nivel del sistema (más caro) como justificación.

Para cobrar, toda la atención del mundo, pero para dar un buen servicio…

Y es que da igual que hayan sido los últimos en llegar (cosa que es de agradecer, aunque mejor sería que no hubieran dado nunca el paso) y hayan tenido tiempo para observar los errores y cambios de políticas de su competición más directa, como es el caso de añadir juegos de la presente generación de manera mensual como incentivo para pagar la suscripción correspondiente, o funciones extra integradas en el propio sistema, como chats de voz. Bajo la justificación de un precio más asequible que las equivalencias propuestas por Sony o Microsoft, Nintendo ha tenido carta blanca para hacer todo tipo de chapuzas, porque no pueden llamarse de otra manera, que ahora llegan a niveles insospechados. Un servicio base que dudo que nadie pague sin estar en un grupo para compartir la suscripción, ahora con niveles para limitar el acceso a sus pírricos contenidos. Los cuales, además, podrían llegar a las regiones PAL (entra la que destaca, principalmente, Europa) a los 50 hercios de la época en la que se lanzaron.

Y por más que se quiera atacar el factor nostalgia con el lanzamiento de mandos conmemorativos (los cuales además tendrá botones adicionales respecto al modelo original, pudiendo así facilitar su uso en mayor cantidad de títulos, esto no deja de ser otro DLC en los servicios de suscripción. Si ya de por si la lista de títulos disponibles de NES y SNES es escasa, y con ausencias de varios clásicos importantes en sendas consolas, las novedades en el caso de Nintendo 64 es igualmente sangrante. Dejo intencionadamente fuera a Megadrive, ya que ahí Nintendo no tiene el control total de las licencias, pero en su propia consola, donde tiene poder absoluto… ¿Dónde está Super Smash Bros.? ¿Dónde están los juegos de Rare? ¿Dónde están los Mario Party, con los que además se podría sacar partido de las funcionalidades online prometidas para esta nueva hornada de juegos?


Aunque a Nintendo se le perdone todo (a la vista está lo ocurrido con Super Mario All Stars, no solo ya por la recopilación de 3 ROMs directamente, sino por el hecho de ponerlo a la venta de forma limitada en el tiempo), lo de sus servicios de suscripción es la gota que debería colmar el vaso para sus usuarios. El nivel está en que la compatibilidad con dispositivos Bluetooth para Nintendo Switch ha llegado hace poco, y ha pasado totalmente desapercibida, como si diera igual porque ya nadie esperaba que una funcionalidad que debería llegar de serie en los tiempos que corren. Y es evidente que la consola híbrida, por más que sus revisiones se alejen de las peticiones de la comunidad, vende más que en las mejores previsiones de la compañía, pero igual es ya hora de exigir a Nintendo como al resto de la industria del videojuego.