Me trae un poco loco

La voz, ese maravilloso instrumento incorporado a nuestro cuerpo que nos permite desde comunicarnos hasta crear las más bellas obras. Tengo oído musical hasta cierto punto, pero lo que es cantar no considero que se me dé especialmente bien. Disfruto mucho escuchando música y explorando nuevos géneros, grupos y compositores, y si juntamos eso con que me encanta hacer el canelo Let’s Sing 2023 podía ser perfectamente un regalo. Durante estas semanas he convencido a varios colegas y familiares (muchos llevan años sin tocar un mando) para que vinieran a probar conmigo este juego, y más o menos las impresiones han sido las mismas. En tres palabras: menuda decepción. Todas las imágenes y videos de este artículo las he sacado con el móvil, ya que el juego no deja hacer capturas de pantalla, pero con lo cutre que es creo que hasta encaja. Disfrutad del salón de mi casa, supongo.

Let's Sing Blue

Keep it cutre

El concepto que nos trae Let’s Sing no es distinto al del ya difunto SingStar, juego que muchos recordarán al ser uno de los bombazos de PS2. En cualquier reunión social con un mínimo de aspecto recreativo siempre estaba el listo que sacaba un micrófono de la nada dispuesto a lucirse con La Oreja de Van Gogh. Fue un juego que pegó muy fuerte, al menos en España, que vivió uno de los momentos más importantes para la música pop del país. Los micrófonos de plástico han quedado atrás para dar paso a los móviles, y en papel no es una mala idea. Prácticamente todo el mundo tiene un teléfono con micrófono y capacidad para conectarse al wifi, y con ello disfrutar de este juego. Disfrutar, que palabra más bella. El sistema de emparejamiento es “sencillo”: tienes que estar en la misma red que la consola y te conectas con un código que cambia con cada persona. La cosa es que las aplicaciones del móvil fallan más que una escopeta de feria y, de cuatro personas que éramos una tarde, sólo pudimos jugar de dos en dos o en parejas con un mismo teléfono cada una. Esto nos lleva al siguiente problema y a mi parecer el más severo: la latencia.

Sí, esto va para largo

Hay un desfase tremendo entre la pista que tienes que seguir y el audio. Al principio lo achacaba a mi televisión, así que probé con varias pantallas y el modo portátil para encontrarme que no es que la música salga algo tarde, es que la sincronización es inconsistente. Hay partes en las que la línea sigue de forma perfecta a la voz y otras en las que tienes que cantar bastante antes que en el video. Puedes ajustar un poco la latencia en la configuración el juego, pero al ser inconsistente a lo largo de las canciones lo mejor que vas a encontrar es un punto medio. La línea también se rellena con retraso, así que quiero entender que está relacionado con no procesar las notas a tiempo. Además, la captura del sonido es un poco particular, por decirlo de alguna manera. Algunas notas se pierden por el camino y no las detecta directamente, como si se perdiera la señal en algunos puntos. Esto se puede ver en las sílabas que tienes que mantener el tono, ya que hay saltos repentinos o dejando huecos en esas notas. Dadas las circunstancias, la nota que te encuentras al terminar carece casi de valor, más allá de que con ella subes tu nivel y desbloqueas cosméticos. Quizá con micrófonos físicos vaya mejor, pero solo podrás conectar dos y si la Switch está en el dock.

Los avatares son del todo menos representativos: tenemos a chica delgada rubia, chico grande pelo marrón, chico grande mazado rubio y chica negra delgada con moño y marcador fluorescente como maquillaje. Estos son los cuatro personajes/aspectos que hay desde el principio, cambiando peinados y ropa. Si no estás dentro de estos moldes, toca grindear puntos para verte mínimamente identificado (y si eres hombre negro o de cualquier otra etnia te fastidias directamente). Las animaciones son otro punto interesante, ya que algunas o son escandalosamente similares o literalmente son las mismas. El apartado artístico en general está bien, sin llegar a ser nada del otro mundo y con algún que otro bug visual. No se puede decir lo mismo de los videos, cuya calidad deja mucho que desear se pueden mascar los píxeles. Sí, sé que es un juego de cantar y que lo que ves importa poco, pero es que hay un apartado dedicado única y exclusivamente a ver esos videos.

La interfaz necesita unos retoques importantes en el tamaño de las palabras, que en algunos casos son tan pequeñas que te tienes que levantar hacia la televisión a ver qué pone, y esto afecta a las canciones. En cada nota tienes la letra justo debajo, pero es tan minúscula que ni se entiende. También la tienes en la parte inferior de la pantalla, pero buena suerte intentando cantar algo que no conoces mirando a los dos sitios simultáneamente. Todo sea dicho, la letra da igual que la cantes bien, con que cuadres la nota en sí te la da por buena, pero es otra cosa más que añadir a la lista de descuidos, y aún no hemos hablado ni de las canciones.

Let's Sing Party

Minijuego del modo Party

He de decir que hay más modos de juego de los que esperaba, aunque siguen teniendo sus cosas. El principal es el modo Legend, en el que tendremos que completar segmentos de canciones y enfrentarnos a un jefe al final con una canción entera. En él desbloquearemos más disfraces para nuestros avatares y… ya. El modo Classic consiste en escoger la canción que quieras con hasta tres amigos más. Fácil, sencillo y el que debería estar por defecto. El siguiente es feat., un modo cooperativo en el que realizar un dueto y ver vuestra “compatibilidad”. Básicamente cada uno canta una parte y tenéis que clavar los cambios de uno a otro. También tenemos World Contest, un modo online contra otra persona del mundo, y por último Let’s Party, el más interesante. Aquí hay dos equipos de hasta cuatro personas cada uno y hay que completar varios minijuegos, como que la pantalla se pixele o conseguir monedas cantando bien las notas. Está guay porque cambia mínimamente el enfoque del juego y cambia un poco el ritmo, cosa que se agradece. El resto de “modos” no los considero ni eso: ver los videos de las canciones, crear una playlist o cantar otra generada automáticamente, lo que vendría a ser un modo aleatorio. Son más una comodidad que modos en sí mismo, aunque con las canciones que hay no sé si se va a explotar mucho.

El menú está bien, aunque algo lento

Como he dicho al principio, me encanta descubrir cosas nuevas, pero para ello en primer lugar tiene que haber cosas. Todas y cada una de las personas que han probado el juego han llegado al final de la lista de canciones y han dicho “¿Y ya está?”. No sé si es por la variedad de estilos y géneros (cosa muy discutible al ser muchas pop actual) o es que realmente son pocas canciones, y creo que es una mezcla de ambas. Incluso estando centrado en canciones muy recientes bastantes no son esos temazos que todo el mundo conoce, y eso hecha para atrás bastante. Que la mayoría sean en inglés también repele al dar vergüenza cantar en un idioma que no es el tuyo aunque ya estés haciendo el pardillo. No te pido que metas Manolo Escobar, pero algún temilla para los que tenemos algo de sexagenarios musicalmente hablando sería de agradecer.

La remesa de canciones cambia según el país y hay temas en español, y aún así se siente sorprendentemente desconectado. Básicamente, si tienes más de veinticinco años no vas a conocer prácticamente nada, y es un tiro en el pie importante. Ahora, bien que hay DLCs desde el día de su salida, packs de cinco canciones que da igual si solo te gusta una, tienes que comprarlas todas. Imagina pagar cinco pavos para cantar Never gonna give you up. Ah, no, que existe YouTube.

Vivir así es morir de amor versionada por Nathy Peluso

“YouTube” es otra palabra que ha salido mucho jugando, ya que es capaz de desbancar a este juego en casi todos sus modos. El único que me ha parecido relevante es el Let’s Party porque le da importancia a la puntuación y se te olvida que la detección del micrófono es como es. Para qué voy a comprar un producto con unas canciones fijas si puedo entrar en la mayor plataforma de videos del mundo y encontrar una versión karaoke con la misma comodidad. Incluso hay programas gratuitos que explotan este mismo concepto de juego para ordenador con temazos como Levan Polkka. Lleva más trabajo al tener que buscar las canciones individualmente, pero con hacerlo una sola vez tienes un repertorio con decenas de canciones que guardas en un USB y a volar. Es un producto creado en una época en la que ya casi es innecesario, pero si siguen sacando este juego desde hace diez años es porque vende, aunque por este precio no sé quién. Las valoraciones de las aplicaciones de móvil, que son indispensables para jugar, son bajas de por sí en las tiendas y con razón, y tras una década lanzando esencialmente el mismo producto nos esperábamos un mínimo de esfuerzo.


Este análisis ha sido realizado con una clave para Nintendo Switch cedida por PLAION.