Puzles y mazmorras

Bienvenidos a la Isla de Nex, prisioneros. En Legend of Grimrock II os espera un recorrido de rebuscados pasajes en el interior de bosques, a las orillas de un río, en el subterráneo de unas ruinas y hasta en el interior de templos. La isla está llena de secretos y si queréis salir tenéis que resolverlos todos. ¿Lograréis sobrevivir y vencer a la mente maestra que se esconde en lo más profundo?

En su momento, el rol en mazmorras era un género codiciado en el mundillo del videojuego. Las oportunidades que ofrecían los dungeon crawler para solventar las limitaciones técnicas de los dispositivos permitían crear obras realmente entretenidas y muy disfrutables. Pero con los años, y basta con mirar el panorama actual, este tipo de títulos ha desaparecido prácticamente y solo encontramos reminiscencias en los juegos de rol como Divinity Original Sin en los que, por motivos obvios, nos encontramos con alguna mazmorra y puzle que puede recordarnos a estas experiencias en cierta medida. Eso sí, más allá de eso no tienen apenas similitudes.

El mapa integrado es una herramienta increíblemente útil, pues nos servirá para cartografiar la isla al completo así como los diferentes pisos inferiores, pudiendo anotar lo que queramos con varios símbolos para ayudarnos a organizarnos mentalmente.

Legend of Grimrock II es una obra dicotómica: es un título moderno (2014), pero rezuma aire old-school de puro rol clásico. A diferencia de su predecesor, bastante más básico en varios sentidos, deambulamos a plena luz del día por una isla. No faltan mazmorras y oscuridad, evidentemente, pero estas contrastan con el resto del mapeado, mucho más agradable y tendente hacia la exploración. Tenemos dos zonas muy diferenciadas: la superficie, con cierta comodidad donde, aunque de noche lo pasamos peor, nos sentimos ciertamente seguros. Pero el verdadero reto se encuentra bajo tierra, en las mazmorras, creadas para sufrir. Estas tienen un aire mucho más retro y los diversos pisos que las componen complican el entorno, que presenta una extensión más que digna. Prácticamente toda la zona de superficie tiene su análoga bajo tierra.

Estamos ante un desafío de percepción, más que de combate, aunque casi todas las vertientes jugables son complementarias y requieren nuestra dedicación. El dueño de la isla ha organizado diversos acertijos de toda índole para nosotros, aunque no interviene en ellos de forma activa (más allá de alguna ocasión en la que lo veremos observándonos o dejándonos notas). Tenemos cierta libertad a la hora de resolver el puzle principal, pues hay diferentes zonas a las que podemos ir en el orden que queramos si el entorno nos lo permite. Los puzles menores son otro cantar. Algunos, horriblemente enrevesados, no los solucionaremos hasta avanzar al otro extremo de la isla, donde encontraremos justo lo que nos faltaba. 

Pero, ¿cómo se juega a Legend of Grimrock II? Llevamos a cuatro protagonistas que se desplazan casilla a casilla en tiempo real, todo en primera persona, como si encarnáramos los cuatro a la vez. Es un título en el que se premia el roleo, pues se hace mucho más satisfactorio si dotamos de cierta personalidad a nuestros avatares con ayuda de nuestra imaginación. La personalización inicial es bastante completa y podemos elegir entre razas muy variadas y orientarlos hacia la especialización o clase que queramos que desempeñen. Esto es algo muy importante a la hora de vivir una buena experiencia con este juego, pues el combate es exigente más en cuanto a la gestión de habilidades y equipamiento que a los reflejos que tengamos. En mi caso, un hombre lagarto espadachín y un minotauro bárbaro lideraban la fila delantera, mientras que un insectoide mago junto a un rátido alquimista y pistolero atacaban a distancia desde la retaguardia. Las combinaciones son innumerables, pero debemos pensarlas con cabeza, de forma equilibrada y para que el escaso equipamiento útil que encontremos podamos emplearlo de forma lógica.

Nos acostumbramos rápido al combate, aunque la posibilidad de morir está siempre cerca y tenemos que gestionar con cierto sentido cuándo y dónde pararnos a descansar y a comer, siendo conscientes de nuestros recursos para no convertirnos en presa fácil. Los cristales que nos sirven como puntos de guardado y recuperación suelen ser buena opción, pero en otros casos tendremos que apañárnoslas a duras penas tras haber caído en las numerosas trampas elementales o de caída, pues nos pueden dejar completamente vendidos frente a varios enemigos dispuestos a acabar con nosotros. Habrá combates en los que pelearnos cara a cara sin posibilidad de movernos será nuestra única opción (sobre todo en las mazmorras), pero en la superficie corretearemos por las explanadas disponibles para intentar hacer así las esquivas y evitar los demoledores golpes de los enemigos, esperando la oportunidad para atacar nosotros sin perder vida.

Resolver puzles es una de las cuestiones más satisfactorias y, aunque algunas pistas extra no vendrían más, dado que el título además se encuentra en inglés, darle un par de vueltas más a nuestras opciones y recorrer el mapa para intentar encontrar soluciones siempre es divertido. La gestión del inventario dificultará también esto, pues recogeremos multitud de objetos y desconoceremos la función de muchos de ellos. Además, los avariciosos como yo tendrán que encontrar algún lugar seguro para ir depositando objetos ante la incertidumbre de si serán útiles, pues el peso de los mismos afecta a nuestro movimiento.


Dado que no hay largas cinemáticas, recomiendo personalmente este título para jugarlo de forma compartida aunque sea singleplayer, puesto que entre el jugador y el espectador no habrá muchas diferencias y basta con que el primero sea ciertamente habilidoso. Se puede convertir en una experiencia de roleo aún más divertida si intentamos resolver los puzles entre varios. Pero, en cualquier caso, la inmersión que nos ofrece y el desafío que presenta consumirá nuestras horas sin clemencia.