Libertad o Disciplina

Este texto contiene spoilers graves de Catherine

Es bien sabido que la sociedad japonesa tiene una mayor tendencia al conservadurismo en relación a los países occidentales. En Japón todavía se acostumbra a que la mujer, una vez casada, abandone su carrera y ejerza como jefa de hogar. Creándose una presión social más acentuada que en nuestra cultura sobre la constitución de una familia tradicional. Esta es una de las razones por las cuales el matrimonio sea algo cada vez menos atractivo para su sociedad.

Esta cultura más tradicionalista bien se refleja en sus juegos. Pero es en Catherine donde he pasado de tener esto en la mente como pie de página a ser el tema central que he extraído tras acabar el título. Tengo que ser justo y reconocer que el juego otorga la posibilidad de elegir qué camino seguir durante toda la aventura, dividiéndose las decisiones entre “Libertad o Disciplina”, lo cual afecta directamente al final y con cuál de las dos (K)Catherine nos quedaremos. Katherine, la seria y disciplinada que siempre busca lo mejor para su pareja aunque eso signifique presionarlo, con la cual el protagonista Vincent lleva años de relación y con quien está ad portas de contraer matrimonio. O Catherine, más joven, más abiertamente sexual, desenfadada y que no busca más que pasar un buen rato.

Ahora bien, el hecho de que el juego presente la posibilidad de quedarse con cualquiera de las dos y que ambos finales tengan el mismo nivel de legitimidad no significa que el juego deje de llevar consigo un mensaje conservador evidente. Para rechazar la vía tradicional del matrimonio y la disciplina debemos engañar a Katherine, cambiarla por una mujer más joven y que no representa más que una aventura pasajera. La opción moralmente errónea nos queda clara. La Libertad se presenta como algo opuesto a la Disciplina. Debemos rechazar a nuestra pareja con la que llevamos años solo porque no queremos casarnos, como si el matrimonio fuese la única vía válida, como un paso lógico a seguir en una relación de pareja. Ten un buen trabajo, cásate, ten hijos. Grita el juego entre líneas, en silencio. Aunque el mensaje se hace más claro que nunca cuando se revela el antagonista que estuvo provocándole los letales sueños a Vincent. El dueño del bar Stray Sheep es un demonio que se dedica a eliminar a hombres que no quieran seguir el modelo tradicional. Todo hombre que no quiera casarse y reproducirse va en contra de la naturaleza y debe ser eliminado, señala el ente. Y puesto que no es solo Vincent sino diversos personajes, todos clientes frecuentes del bar, los que sufren de estas pesadillas, nos enfrentamos a otro problema. La identidad de género de Erica, la mesera del bar.

La transfobia de Atlus

Persona 4 es uno de mis videojuegos favoritos, pero mentiría si dijera que hay partes de la trama que son difíciles de seguir por sus mensajes homofóbicos y transfóbicos. También ocurre algo similar en un par de escenas de Persona 5 donde se representa a un par de hombres homosexuales como depredadores de menores y que, por suerte, la versión occidental de Royal aminoró a través de la traducción. Atlus tiene serios problemas al tratar estos temas y no parece que trabajen en arreglarlos, sino todo lo contrario. Pero el caso de Catherine es particularmente insidioso dado que no solo se le niega el género con el que Erica se siente identificada -a pesar de ser mujer también sufre las pesadillas, algo que queda más que definido que solo le podía pasar a los hombres-, sino que además se la trata como una persona que manipula y le miente a un hombre para llevarlo a la cama. Dicho hombre es Toby, uno de los amigos de Vincent, quien, a medida que avanza la historia, va mostrando más y más interés en Erica. Todo son pistas sutiles, sus amigos mirándolo con desconcierto, tragando saliva y sudando, al ver a su amigo siendo “engañado” por la mujer hasta que, en el final en el que el protagonista se queda con Katherine, se revela que Erica solía ser un hombre y que Toby se arrepiente de haber perdido su virginidad con ella, a lo que esta responde con humor, diciéndole que no había vuelta atrás.

Todo esto hace que se forme no solo una mala, sino una pésima imagen de las personas transgéneros. Los medios lúdicos tienden a representarlos como personas que engañan a otros para seducirlos y acostarse con ellos. Por suerte eso ha ido cambiando con el paso de los años, pero las obras japonesas y sobre todo Atlus, tienen una gran deuda pendiente y les queda un largo camino en representar estos temas de forma debida. Lo cual empeora sabiendo que en casi todos sus juegos se trata el tema en mayor o menor grado.

Conservador en lo político…

A final de cuentas Catherine presenta sus ideas de forma clara. Lo correcto es seguir el camino tradicional. Trabajo, matrimonio, hijos. Dejando totalmente de lado a parejas no heteronormativas y rechazando la idea de la identidad de género. No hay una manera madura de evitar casarse, solo engañando y mintiendo para al final quedarse con la hija de un demonio o quedarse solo, embaucando, de paso, al dueño del bar e irse a una gira espacial. Libertad o Disciplina. No existe disciplina fuera del matrimonio, fuera de un trabajo convencional. La libertad es egoísta e improductiva. Esas son las ideologías de Catherine.