Unas conversaciones que agitan las expectativas

Bungie y Microsoft habrían mantenido conversaciones de adquisición según un informe que las fuentes de Eurogamer han podido confirmar. Recordemos que Bungie, ya venía de una estrecha relación con Microsoft como creadores de Halo, el buque insignia de la marca Xbox, por lo que es entendible el interés de Microsoft en una compañía como Bungie. Esta se independizó de Activision el año pasado tras el desacuerdo sobre el devenir de la saga Destiny, trazando un rumbo independiente de la franquicia más cercano con los jugadores y con su concepto original. 

En el podcast GamesBeast, Jeff Grubb, de Venturebeat, dijo que había escuchado que Microsoft y Bungie habían estado en conversaciones pero que de momento no habían podido ponerse de acuerdo en el precio de venta. Al parecer, esta situación vendría impulsada por Bungie con el fin de recaudar nuevos fondos para el estudio, sus proyectos y el personal. Todo ello concuerda con el último anuncio de Bungie sobre Destiny, donde se ha comprometido a un nuevo plan de desarrollo de tres años para Destiny 2 mientras se proyectaban nuevas ideas para su futuro, algo que había sido impulsado anteriormente por la editorial china NetEase con una inyección de 100 millones de dólares.

Ante esas declaraciones, Bungie ha intentado apaciguar todo lo referente a la adquisición de Microsoft. En Twitter, Pete Parsons, el jefe de Bungie, ha respondido al informante Nibel de forma directa y concisa: “Es falso”. Esa sería la respuesta clara de Bungie a la historia, queda por verse si se hará un comunicado más detallado al respecto o si se llevará acabo realmente esta adquisición. 

Bungie es un peso considerable

La historia es lo suficientemente confiable para constatarse como un futuro hecho pero Activision quién ha lidiado con Bungie sabe de antemano que Microsoft no lo tendrá fácil con Bungie. En mi opinión, el desacuerdo en el precio de venta podría formar parte de ese costoso paquete en mantenimiento y desarrollo que supone Bungie de por sí. Pese a su propuesta y filosofía indie, Bungie es una gran compañía con toda una estructura detrás, sólida sí, pero pesada. A priori, todo lo que se plantea Bungie así mismo, solo puede llevarlo a cabo a largo plazo y con grandes números. Y tal vez, ante una venidera crisis, sean tiempos más favorecedores para estudios medianos, o bien, resguardados bajo otra gran compañía. Tal vez Bungie pretenda acobijarse con quién ha sido su hogar en su mejor época, pero supone renunciar a ciertas libertades por las que ya pagó un gran precio con Activision. Y no será por quedar advertidos ante una compañía que no goza de carácter angelical.

Por otro lado, puede ser la esperanza de Bungie para desarrollar un auténtico juego ‘AAAA’ que empieza a sonar con fuerza en la industria. Un desafío demasiado grande pero que vuelve emocionante el mundo de los videojuegos. En ese proceso, Bungie debería hacer un ejercicio introspectivo para empezar a delegar parte de su valor porque ante tempestades nunca es bueno llevar demasiada carga. Nunca se ha presentado un temporal tan incierto, con un comienzo de generación a medio gas y unos juegos de servicio que no terminan de despegar. Desarrolladoras como Ubisoft, Activision y EA hacen mejor frente a ese tipo de problemas por sus numerosas IP y diversidad de juegos. Quisiera pensar que Microsoft es consciente de ello y que si toma a Bungie como compañero de juego, sepa reconocer las señales a tiempo. Microsoft podría verse obligado a oprimir a Bungie cuando se quede sin cartas, porque los juegos exclusivos parecen marcar la mano de este big game.