Ser continuista no es nada malo
Cuando parecía que ya habíamos visto lo mejor que nos podía ofrecer este 2025 en cuanto a juegos indie, ha llegado un septiembre con dos lanzamientos que tienen mucho en común y que a la vez son muy diferentes. Tanto Hollow Knight: Silksong como Hades II son secuelas de uno de los mejores indies de la historia, de esas obras tan populares y queridas que se cuelan en la lista de juegos favoritos de muchísimas personas, ya jueguen de forma casual o se pasen decenas de títulos al año. Sin embargo, mientras que Team Cherry se atreve a cambiar muchas cosas del primer Hollow Knight en la búsqueda de algo diferente, SuperGiant Games pone su foco en un “más y mejor”, intentando convertir a Hades II en la versión mejorada y definitiva de su magnum opus de 2019.
Soy alguien, como he mencionado alguna que otra vez, que disfruta muchísimo de una obra artística que se atreve a romper con lo establecido dentro de su género o respecto a entregas anteriores, puesto que subvertir las expectativas de la gente aún sabiendo el riesgo a decepcionar que conlleva es algo muy valiente. Aún así, no ignoro lo difícil que es hacer una obra continuista o más convencional que destaque, y hay muchos juegos de estas características que se han posicionado entre mis favoritos. Al fin y al cabo, si supuestamente se está yendo a lo seguro y tomando una dirección predecible, el resultado debería ser algo genérico y monótono, por lo que me sorprende la cantidad de excepciones a esa suposición que existen.
Hades II es una de ellas. Si has visto o jugado Hades alguna vez antes de llegar a esta secuela, es muy probable que sepas exactamente lo que te vas a encontrar. Una buena banda sonora, dirección artística impecable, partidas que se dividen en cuatro zonas con sus cuatro jefes, bendiciones de los dioses que nos ayudarán de distintas maneras y una amplia variedad de NPCs, tareas, armas y mejoras permanentes que harán que “perder” y tener que volver a empezar no sea tan tedioso. Todo eso sigue estando aquí, y funciona de la misma manera, razón por la cual prefiero centrar esta crítica en las cosas que Hades II hace mejor, no en las que hace igual de bien.
Lo mismo, pero diferente
En primer lugar, la premisa de este juego me parece mejor todavía que la del primero, que ya es decir con lo buena que era. Melínoe es la hermana de Zagreo, el protagonista de la entrega anterior, la cual lleva toda su vida entrenando para detener a su abuelo Cronos, después de que volviera de entre los muertos para secuestrar a toda su familia y robarles su hogar, desde el que planea acabar con el Olimpo y con todos los dioses. Es una muy buena manera de presentar al villano, sabiendo que le ha ganado a Zagreo y Hades aún con lo fuertes que eran, y a la protagonista, al ser la hermana de un personaje que ya conocemos y que (espero) nos gusta mucho.
Más allá de todo lo mencionado anteriormente, Melínoe ha sido entrenada por la bruja Hécate, por lo que, además de saber utilizar la magia a su favor en combate, también podrá completar fórmulas en un caldero mágico que proporcionarán mejoras permanentes, generarán salas y recursos nuevos o avanzarán la historia. Aunque sea otra manera de traernos mejoras permanentes para que no nos desquiciemos si una partida sale mal, me parece la mejor que existe entre ambos juegos, ya que con solamente recolectar un ingrediente necesario para cualquiera de estas fórmulas en los primeros 2 minutos de partida ya merecerá la pena el intento. De esta manera cada intento vale para algo incluso si no llegamos a superar ni siquiera cinco estancias.
El resto de mejoras permanentes o tareas que podemos llevar a cabo antes de volver a intentar acabar con Cronos son las mismas que en el primer juego pero con un aspecto diferente, aunque cabe destacar la posibilidad de hacer hasta tres actividades diferentes con los NPCs con los que busquemos estrechar lazos y de plantar semillas en un huerto que nos darán plantas para las fórmulas del caldero. Por lo demás, podemos pasar directamente a lo que son las propias partidas, con sus zonas y jefes, aunque para ello hay que escoger un arma, y las seis disponibles ofrecen estilos de juego muy diferentes, tanto por su peso y potencia como por el alcance y rango de sus ataques.
Cómo arreglar algo que ya funciona
No sabría determinar exactamente cuáles son las diferencias porque jugué el primer Hades hace 5 años y no he vuelto a él desde entonces, pero de alguna manera SuperGiant Games ha conseguido que cada partida de Hades II sea más rápida, fluida y adictiva que nunca. Todas las zonas, decisiones y oleadas de enemigos están pensadas para que no pases más de unos segundos en una estancia, como mucho un minuto. Esto no sé si considerarlo un spoiler o no, pero debo mencionar, sin especificar nada, que en este juego no tenemos cuatro zonas y cuatro jefes: tenemos el doble. Además de ir al Inframundo a por Cronos, habrá otro recorrido que podremos hacer por otras cuatro zonas con sus respectivos jefes, incluyendo un jefe final distinto.
Cada una de las ocho zonas se siente diferente, tanto en ritmo como en su “gimmick” principal a la hora de explorarlas. En ambos recorridos posibles mi favorita es la tercera zona, en el Inframundo porque es mucho más abierta (con varios combates y bonificaciones en cada estancia) y en el otro recorrido porque los combates son más duros que nunca, y realmente siento el peso de cada decisión a la hora de avanzar hacia una mejora u otra. Una vez consigamos la victoria por primera vez, cualquiera de los dos recorridos se vuelve mucho más sencillo, al saber qué arma, bendiciones y mejoras se adaptan a nuestro estilo de juego, con una duración de unos 25 minutos aproximadamente por cada intento exitoso.
Esta fluidez y dinamismo cobran especial importancia si tenemos en cuenta que hay que ganar 11 veces para ver el final del juego, al igual que había que superar a Hades en combate un total de 10 veces en el primer juego. Lo bueno de esta secuela es que, al dividirlo entre dos recorridos diferentes (hay que ganar un total de 6 veces en el Inframundo y 5 en el otro lugar) no se hace tan pesado, ya que si nos cansamos de un sitio después de ganar 2 o 3 veces nos podemos ir a darle un par de intentos al otro. Ahora bien, aunque todas estas cosas están incluso mejor que en la sobresaliente primera entrega de 2019, hay algunos errores que siento que persisten en esta versión mejorada y evolucionada de la fórmula.
Arrastrando los mismos errores
Por un lado, siento que la historia en ambos juegos es buena, pero se queda en buena a secas para mi gusto. Y esto no tendría porque ser un problema si fuera un juego que, similar a un souls o plataformas, se centrase prácticamente al 100% en su jugabilidad. Por desgracia, aunque claramente hay más partes jugables que narrativas, Hades II tiene una enorme cantidad de diálogos y escenas y un claro enfoque narrativo, a pesar de que no siento que esté tan bien escrito como para justificarlo. Esto es algo que podía pasar por alto en su antecesor, pero que aquí veo más llamativo por ser una versión mejorada en todos los demás aspectos.
Por otro lado, siempre he pensado que los jefes de Hades podían ser mejores, y lamentablemente en Hades II me quedo con la misma sensación. No son, en ninguno de los dos juegos, malos jefes en absoluto, pero creo que no son tan complejos ni tienen tantos movimientos diferentes como podrían, por culpa de tener que diseñarlos con la idea de que nos enfrentemos a ellos muchísimas veces. Es verdad que esto hace que no nos enganchemos en un jefe durante muchas partidas seguidas, pero también convierte a cada jefe en poco más que un enemigo con más vida después de haberle ganado un par de veces (y esto último también incluye a los jefes finales de cada recorrido).
Aún así, el segundo jefe y Cronos del Inframundo y el tercer jefe del otro recorrido sí que me han parecido memorables, por tener ataques únicos que requieren un mínimo de concentración para evadirlos. El resto de sus ataques, y los del resto de jefes, siempre pueden evadirse con una esquiva para posicionarse detrás suyo o alejándose si se trata de un ataque de área, no tiene más. Son enemigos con un muy buen diseño y con conversaciones divertidas, pero que a la hora de combatir no consiguen ser memorables.
El último aspecto que algunas personas han considerado negativo de Hades II ha sido su final. Aunque obviamente no voy a destripar el final de la historia aquí, sí que doy mi opinión en caso de alguna de las personas que esté leyendo esto ya se haya pasado el juego. Para mí el final es consecuente con los mensajes que transmiten ambos juegos, y con el arco que tuvo Zagreo en la primera entrega. Es cierto que no es exactamente lo que pensábamos que sería desde el principio del juego, pero precisamente por eso me ha parecido interesante que en SuperGiant Games no hayan decidido tomar la vía más fácil y predecible, sin miedo a que esta decisión dividiera un poco a la audiencia, como ha acabado pasando.
Efectivamente, es Hades II
En definitiva, Hades II me ha gustado al mismo nivel que Hades, a pesar de tener muchas mejores y de sentirse como la versión definitiva de la fórmula. Incluso con todas estas cosas que añade o que hace mejor, siento que todavía arrastra los poquísimos fallos que tenía su antecesor. Al haber hecho una secuela continuista, se ha decidido mejorar las cosas que ya funcionaban de maravilla y que no lo necesitaban (aunque aprecio el esfuerzo de hacer todavía mejor algo que ya era genial), mientras que todo aquello que no encajaba del todo como el guion y los jefes se ha quedado exactamente igual. De todas formas, tiene mucho mérito hacer una secuela de un juego que consiste en hacer constantemente “lo mismo” y que se sea tan buena y tan diferente en ciertos aspectos.
De esta manera, en este mes de septiembre nos quedamos con dos secuelas indie que tenían muchas expectativas, y ambas se han posicionado entre lo mejor del año a pesar de la división de opiniones dentro de su comunidad (aunque la opinión mayoritaria por mucho es que ambos son juegazos). Silksong me gustó mucho más que Hollow Knight, pero que Hades II me haya gustado al mismo nivel que el primero no es nada malo, considerando que es un juego que adoro. Sin importar cuál de los dos te pueda gustar más, me alegra ver que ambos estudios han demostrado lo que valen, y que la primera vez no fue un golpe de suerte.
Esta crítica ha sido realizada con una copia para PC adquirida por la propia redacción.