Y... ¿la última? ¿O es simple desconfianza?

Con tanto revuelo, filtración, anuncio de acuerdos a 10 años, comunicados de reguladores de competencia y, en resumen, información para accionistas e inversores, a la hora de la verdad la información para la gente del pueblo llano al que “solo” le importan los videojuegos y el acceso a los mismos se está quedando en palabras vacías, y dejando un desconcierto al usuario final que poco o nada cambiará si el proceso de compra llega a finalizarse algún día. Por lo pronto, por más que se anuncien acuerdos a largo plazo para garantizar la llegada de franquicias icónicas como Call of Duty a plataformas habituales como PlayStation, u otras más extravagantes como Nintendo Switch, la llegada de los títulos de Blizzard a Game Pass ha encontrado por lo pronto una piedra en el camino con Rod Fergusson, que supervisa el desarrollo de Diablo 4, la nueva entrega del juego de rol y ha declarado que no hay planes para dicho modelo de distribución.

Sin hacer alusión a planes de corte más corporativo y enfrentándose a las críticas de los lanzamientos recientes de la desarrolladora con un “jugad a la beta” (cerrada el fin de semana entre los días 17 y 19 de marzo, y abierta entre los días 24 y 26 del mismo mes), puede ser un caso claro de “Puerta grande o enfermería” en función de las valoraciones iniciales de prensa y público al respecto, aunque para disfrutar de la versión final para PC, PlayStation y Xbox habrá que esperar aún al próximo 6 de junio.

Pero más allá de egos y expectativas en torno a próximos títulos, lo intrigante es la falta de coherencia entre Microsoft (matriz) y Activision-Blizzard (potencial nuevo integrante del equipo de filiales de la misma). Si Microsoft promete a bombo y platillo la llegada de todos los títulos de sus nuevas adquisiciones a su servicio de suscripción, pero el primer lanzamiento potente desde el anuncio (que no finalización, ojo, ahora voy con ello) ya se “salta” ese protocolo para además anunciar que no hay planes para ello, ¿En qué lugar queda en caso de que se complete el trato? ¿Qué palabra prevalece? ¿En base a qué puede confiar el usuario?

Porque sí, hasta ahora todo son declaraciones de intenciones, y puede quedar un camino largo hasta que el proceso de compra finalice (si es que lo llega a hacer algún día), pero esta ocasión deja en mal lugar a Microsoft (por incumplimiento), o demuestra poca confianza en que la operación pueda terminar llevándose a cabo. Si no, es tan fácil como ignorar la situación y dejar que todo siga su curso en vez de comunicar algo de manera tan tajante. No estamos hablando de un “por ahora”, se está diciendo en términos absolutos, guste más o menos. Y ello puede cambiar en un futuro, pero los juegos en desarrollo con una vocación tan clara (o al menos, en potencial) de llegar a un servicio de suscripción lo tienen en cuenta a la hora de gestionar el contenido que se incluye y la forma de rentabilizarlo. Y no me creo que un lanzamiento como Diablo 4 se pueda tratar de la misma manera. Algo huele regular, y no se si es en las oficinas de Redmond o en las de Santa Mónica