Mi Voz Cuesta un Billón (feat. Hellena Taylor)

Quedan pocas semanas para la llegada de Bayonetta 3, posiblemente uno de los títulos más esperados del año y la tan ansiada continuación de la saga que dirigió a PlatinumGames al estrellato. Hace un tiempo, recibíamos la noticia de que el doblaje en inglés del título (el original, pese a que también cuenta con una versión en japonés) iba a valerse de una nueva actriz para el papel de la bruja de Umbra. Hace escasos días, Hellena Taylor, actriz original y madre de la voz de Bayonetta, se pronunció a través de Twitter para aclarar la situación.

En este video, Hellena muestra su descontento con PlatinumGames con relación a los honorarios ofrecidos por el trabajo de doblaje. La actriz asegura que la oferta realizada por parte del estudio para llevar a cabo el trabajo completo rondaba los cuatro mil dólares, cantidad que la actriz considera directamente como “un insulto”. Es por ello, que Hellena ha instado a los seguidores de la saga y de la propia bruja a boicotear el lanzamiento del título, destinando si es posible ese dinero a una ONG.

Hideki Kamiya, fundador de PlatinumGames y director de Bayonetta 3, se pronunció sobre la situación, como no podía ser de otra forma en él, denotando grandes molestias y mucho mal humor. Posteriormente, cerró su cuenta de Twitter para reabrirla horas más tarde. Evidentemente, pocas horas hicieron falta para que ardieran los fuegos del infierno.

Estamos delante de una situación peliaguda, donde el ruido generado por el suceso es mucho más grande a causa de la indignación y actividad en las redes de Hellena Taylor. En primer lugar, cabe destacar el papel de los actores de doblaje y los equipos de localización, parte fundamental del desarrollo de un videojuego y sin los cuales la producción carece de la mitad de su alma. De esta manera, el camino idílico no es otro que el cual tiene en consideración la calidad y el valor de los profesionales de la industria, capacitados para hacer un buen trabajo y les remunera en base a ello, pero considero que la reacción de la actriz es cuanto menos, desmedida.

Nos guste o no, la industria es un lugar cruel, donde mucha gente trabaja desde la sombra, sobreviviendo a condiciones inhumanas y percibiendo una porción del salario merecido. Lo sucedido aquí no ha sido nada más que uno de los cientos de situaciones que se dan a diario a nivel empresarial. No se trata de que, tras un gran esfuerzo y un buen trabajo se haya remunerado a la actriz injustamente, sino de una oferta laboral. No soy experto en doblaje, ni conozco cuanto es considerado un buen pago por todo un juego completo (por la situación, entiendo que cuatro mil dólares no lo es ni de lejos) y me apena y enfada que desde PlatinumGames hayan decidido invertir tan poco dinero en la voz del personaje principal, pero “son los negocios, amigo”.

Protestar por esta situación no es sólo lícito sino que también un buen camino para acercarnos más a un mejor estado para la industria que tanto amamos, pero como sostiene Jennifer Hale, la actriz elegida para tomar el papel de Bayonetta (Mass Efect, Metal Gear Solid, Overwatch…), no hay que olvidar que detrás del desarrollo de un videojuego hay muchas personas, un equipo completo de gente dedicada y trabajadora que no tienen culpa de la situación.

Es difícil posicionarse en un bando en concreto, porque no los hay, tan sólo podemos conformarnos con una escala de grises. Es desconocida la oferta realizada a Jennifer, ya que afirma estar todavía bajo un NDA y no contar con la libertad para compartir más información, pero en caso de haber sido ofertada con una mayor suma de la que recibió la actriz original estaríamos delante de algo más llamativo y controversial.

A escasos 10 días del lanzamiento, no tardaremos mucho en hacer cuentas con las ventas totales de la entrega y valorar cuan poco vale en ocasiones el trabajo de alguien en relación con los ingresos totales. La situación también sirve para recordarnos una vez más, que incluso los estudios más consagrados tienen detrás trapos sucios. Por mucho que pueda gustarnos una producción, hay que trabajar por mantener una cierta objetividad y no alejarse de las idolatrías, que luego pasan factura. Y bueno, al menos no han llamado a los famosillos de turno para solventarlo.