Hallucinations, hiperfijaciones y otro sustantivo que empiece con H

efecto tetrisEs fácil llegar a la conclusión de que existe una cantidad increíble de juegos sobre repetir patrones cuando comenzamos a buscarlos y a pensarlos como tal. No sólo cuando son títulos como Tetris —el cual consiste en ir apilando una serie predeterminada de figuras hechas con bloques en una o más líneas para ir borrándolas de la pantalla y, así, evitar que se acumulen demasiadas y perdamos la partida– u otros claros ejemplos son Candy Crush, Puyo Puyo y Lumines.

Aunque no he jugado mucho a Puyo Puyo y Lumines está en mi lista eterna de pendientes, Candy Crush fue un juego al cual jugué por mucho más tiempo del que me gustaría admitir. Tetris, sin embargo, no solo es un  juego que disfruto mucho, sino que cada cierto tiempo me vicia; esto ocurrió especialmente con el battle royale Tetris 99 que sacó Nintendo hace unos años para ver si rascaba unas cuantas suscripciones a su servicio online y he de admitir que conmigo lo consiguió, por un tiempo. Tetris 99 consiste básicamente en jugar lo más rápido que se pueda y hacer las mejores jugadas posibles para poder lanzarle “poderes” a los rivales, ya sea a través de elección al azar, a los que estén liderando o bien a un objetivo específico que nosotros elijamos.

Estuve un tiempo nada desdeñable jugando a Tetris 99 pero tuve que dejarlo de lado porque este tipo de juegos de patrones, como me referí a ellos al principio del texto, activan el Efecto Tetris en mi cerebro.

El Efecto Tetris es la habilidad que tiene cualquier actividad de, literalmente, controlar los pensamientos, imágenes mentales y sueños del individuo si éste le ha dedicado el tiempo suficiente durante una jornada y de manera seguida a través de los días. A pesar del nombre, éste no sólo ocurre con Tetris, sino que también sucede con cualquier juego que consista en repetir patrones consistentemente e incluso en otro tipo de actividades, como trabajos en los que se realicen actividades repetitivas.

No todas las personas pueden ser afectadas por este llamado Efecto Tetris aun si se exponen lo suficiente a los mismos patrones por mucho tiempo. En mi caso al menos, es bastante probable que comience a hacerme efecto incluso jugando un tiempo relativamente breve a este tipo de juegos.

Efectos

Hay estudios que han determinado que jugar un tiempo mínimo de treinta minutos a Tetris diariamente puede ayudar al área cognitiva del cerebro, la memoria e incluso se ha dicho que ha ayudado a gente a superar desórdenes de estrés post-traumáticos. En mi caso, al menos –que tengo una memoria pésima–, no sabría decir si alguna vez me ha ayudado a mejorarla, sobre todo porque los síntomas que me produce el Efecto Tetris suelen ser lo suficientemente molestos como para hacer que evite la sobreexposición a todo tipo de juegos con patrones muy marcados.

Si, por ejemplo, tengo una jornada de juego muy larga de Tetris o de Candy Crush –por dar un par de ejemplos– luego, incluso hasta horas después de haber sido expuesto a estos patrones, comienzo a “jugar” en mi mente, sin ser capaz de controlarlo: puedo imaginar de manera muy visualmente clara los dulces de Candy Crush, comenzando a buscar formas de alinearlos para ir eliminándolos, posicionando bloques como si estuviera jugando a Tetris e incluso, si juego demasiado al sudoku que tengo en mi celular, comienzo a rellenar casillas mentales con números de manera que no se repita ninguno ni de forma horizontal ni vertical.

Este efecto en mi cerebro aparte de molesto puede resultar estresante, pues hace que mi cabeza esté constantemente trabajando en un proceso semi-consciente de ir repitiendo patrones y resolviendo los problemas que suelen presentar estos juegos, llegando a afectar a la calidad de mi sueño e incluso producirme insomnio.

Pero esto no sólo ocurre con estos juegos que son fácilmente perceptibles como juegos de patrones. También me ocurre con otros juegos como The Sims, donde tenemos que repetir las tareas hogareñas del día a día una y otra vez. Éste no altera tanto mi cerebro como para hacer que me ponga a jugar en la cabeza, pero sí ha llegado a hacerme ver cosas como, por ejemplo, la comida como “X plato quita Y de hambre y cosas del estilo, que no llegan más allá de ser humoradas, pero que he de considerar dentro de este mismo Efecto Tetris dado que, en esencia, me producen lo mismo, solo que con una gravedad menor.

Quizás es por la facilidad que tengo a disociarme de la realidad dada mi depresión que además el Efecto Tetris hace que, a veces –y sé que sonará mucho más grave de lo que realmente es–, tras jugar intensamente a algún juego con elecciones de diálogo, sobre todo en juegos como Persona donde la forma más óptima de establecer vínculos sociales con los demás personajes sea eligiendo la respuesta que asumamos como lo que el otro quiera escuchar, más allá de si se apegue a la realidad o a lo que nosotros pensemos, cuando establezco una conversación siento como si estuviera eligiendo una respuesta dentro de las predeterminadas que tenga en mi cabeza. De nuevo, suena peor al cómo es realmente, peor es cuando juego mucho a The Last of Us y me da por apuñalar gente en el cuello después de acecharlos en cuclillas.

Un efecto cuanto menos condicionante

A veces pienso que sufro, en algún nivel relativamente leve, de TOC –lo cual vendría de maravilla junto a mi depresión y mi cuadro de ansiedad generalizada–. Y aunque no voy a diagnosticarme a mí mismo ni tampoco a través de cuestionarios por internet, sí que cumplo varias de las características que la gente que sufre este trastorno suelen tener. Y, dentro de esta sospecha, es que pienso que soy especialmente vulnerable a sufrir el Efecto Tetris, así como también puede que no venga al caso y sólo sea una coincidencia. De cualquier manera, teniendo los efectos positivos que dicen que tiene el jugar a Tetris o no, sufriendo o no de TOC, la raya para la suma es que el efecto de los juegos con patrones repetitivos tienen una influencia enorme en mi cerebro y he de evitarlos de ser posible.

kofi

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