Muévete o muere

El desarrollo de video juegos es algo extremadamente complicado. Tanto que incluso a empresas que tengan experiencia con uno u otro género pueden caer en algún factor clave que les haga hacer un juego que no sea tan bien recibidos como otros que hayan lanzado anteriormente. A veces es por el alcance del proyecto, cuando una empresa mediana o pequeña trata de morder más de lo que puede masticar, resultando en proyectos ambiciosos que no dan la talla ya sea porque sus mecánicas no alcanzaron a quedar del todo pulidas antes de las deadlines o porque el proceso de corrección de bugs y glitches no tuvo el tiempo suficiente para dejar al juego en un estado “admisible” para estar a la venta.

Por eso cuando sale un juego prácticamente desde la nada que ya sea más o menos ambicioso en cuanto a alcance y logra hacer todo bien, es fácil para nosotros los jugadores olvidarnos de lo difícil que es realmente lograr crear una obra que no solo esté bien pulida, sino que además resulte atractiva para el público suficiente para ser una buena inversión, ya ni digamos éxito comercial.

El balance ideal

Este es el caso con Boomerang X, juego desarrollado por Dang! Y distribuido por la aclamada Devolver Digital. Este es el primer juego del estudio y han sabido encontrar el punto exacto entre terreno conocido como inexplorado para lograr hacer una obra a la que sea fácil meterse sin que llegue a sentirse derivativa ni más de lo mismo. Boomerang X es básicamente un boomer shooter en el que solo poseemos un arma: un boomerang en forma de X con afiladas puntas con las que mataremos a todo lo que se nos cruce en el camino y que, además, nos servirá para desplazarnos a gran velocidad, ralentizar el tiempo y otras habilidades que iremos adquiriendo por el camino.

Como todo boomer shooter que se precie, la clave del loop de combate está en mantenerse en constante movimiento. Cada vez que comencemos a pelear contra una oleada de enemigos, estos atacarán de todas partes y no habrá coberturas ni habilidades que nos protejan de sus ataques; solo debemos movernos, movernos y no parar. Y en esto, Boomerang X logró encontrar la fórmula perfecta ya que, tras adquirir la habilidad Honda, podremos desplazarnos a una velocidad vertiginosa hacia donde sea que lancemos nuestro boomerang. Así, tendremos el balance perfecto entre ofensiva y defensiva; siendo nuestro mayor obstáculo nuestra propia habilidad para manejarnos con este desplazamiento al que, si bien en un principio puede sentirse algo caótico, la verdad es que tiene una resonancia jugable exquisita y la cual no se sentirá repetitiva por mucho que la usemos durante toda la duración del juego, la que, a pesar de apenas pasar las dos horas de duración, se siente el tiempo justo para pasar una tarde amena destruyendo enemigos, sumergidos en el gameplay loop del juego.

Potencial inexplorado

Suelo ser un gran defensor de los juegos cortos. Si bien es cierto que este último tiempo he encontrado el amor en sagas eternas como lo son Persona y Yakuza, suelo no encontrar nada mejor que una obra que me tome una tarde, absorberlo de una sentada y que su refinamiento (creado gracias a que los desarrolladores pudieron enfocarse en la calidad por sobre la cantidad) me haga recordarlo con cariño por mucho tiempo. A pesar de esto, creo que a Boomerang X le falta algo. Es cierto que tras acabar la historia se puede jugar un new game plus y, para quienes gusten de ese tipo de modalidades, seguro será una bienvenida adición. Pero a mí, que nunca ha recibido con mayor agrado esta modalidad, preferiría que hubiesen incluido un modo Supervivencia o Infinito, donde podamos probar nuestro set de habilidades completa contra una horda interminable de enemigos. No solo ayudaría a inflar la cantidad de horas que se le puedan exprimir el título a los más reticentes a gastar en un juego de corta duración, sino que además le vendría como anillo al dedo considerando que ya la modalidad principal del juego en sí es de sobrevivir a oleadas de enemigos constantemente.

Verán, tras la cinemática inicial vendrá una pequeña fase de exploración hasta que nos encontremos con la primera y única arma de todo el juego. Luego, nos encontraremos en una arena de combate donde deberemos resistir un número determinado de oleadas de enemigos, donde solo algunos de ellos tendrán un ícono dorado sobre sus cabezas indicando que son los objetivos de cada oleada. Entonces, si por ejemplo aparecen veinte enemigos en una oleada y el objetivo son cinco círculos dorados, podremos acabar o bien con los veinte enemigos o solo con los cinco que vengan marcados. Generalmente tendremos que limpiar el escenario de enemigos “opcionales” para no saturarnos de objetivos que evitar, pero no dejan de ser una opción. Terminadas las oleadas, pasaremos a la siguiente fase de exploración, las cuales no consisten en nada más que avanzar hasta la siguiente arena o el siguiente santuario donde obtendremos más habilidades. Esta fórmula se repite durante todo el juego e incluso el último poder a desbloquear, no se obtiene sino hasta la penúltima serie de oleadas.

Esto, sumado al hecho de que la variedad de enemigos no es mucha sobre todo estéticamente porque todos son sombras oscuras que representan bichos en la mitad de los casos y en la otra mitad formas más inventivas, hace que el juego se sienta muy formulista. Es algo parecido a lo que ocurría con Superhot, donde el gameplay loop principal era una exquisitez, pero no había mucho más donde rascar más allá de esto.

Boomerang Shooter X

Galardón-Plata-HyperHypeCon todo lo anterior, ¿vale la pena Boomerang X? Mi respuesta es un rotundo sí, desde el primer céntimo hasta el último. El juego es una ingeniosa vuelta de tuerca a los shooters tradicionales como los Doom clásicos pero con una sola arma que nos servirá tanto para matar enemigos como para desplazarnos. Todas y cada una de las habilidades que se van agregando ayudan a mejorar la experiencia y se agregan lo suficientemente espaciadas una de otra para que alcancemos a aprender bien a manejar las que tengamos a nuestra disposición antes de que nos arrojen otra. La historia es casi inexistente y es totalmente omisible para quien solo esté interesado en matar y yo no podría estar más agradecido. Si bien me gustaría ver un modo que me permita sacarle más horas de juego no es sino porque mi tiempo con el título fue de lo más ameno que he tenido en mucho tiempo en cuanto a gameplay puro y duro se trata y, como bien mencioné antes, Dang! hizo un tan buen trabajo con su primera obra, que es fácil olvidarse de lo difícil que es desarrollar un video juego.


Este análisis se ha realizado con una copia digital recibida de forma gratuita por Cosmocover.