Dejando el listón alto para la semana que viene

La crisis de Activision Blizzard crece. Últimamente da igual cuando leas esto, pero a cada noticia (incluso puede aplicarse a rumores) que aparece sobre la compañía solo hace más profundo el pozo en el que la compañía está sumida. Ayer, con la reunión con accionistas para presentar los resultados económicos del tercer trimestre, se dieron a conocer dos novedades más. Jen Oneal, copresidenta de la compañía desde el mes de agosto, tras la salida de J. Allen Brack debido a la demanda interpuesta por California, anunciaba que abandonaba la compañía, y a nivel de proyectos, se anunciaba un retraso sin fecha tanto para Diablo 4 como para Overwatch 2.

“No lo hago porque no tenga esperanza en Blizzard, sino todo lo contrario: me inspira la pasión de todos los presentes, que trabajan con todo su corazón por un cambio significativo y duradero”.

– Jen Oneal, en su carta de despedida a los empleados de la compañía

Aunque lo primero vaya a ser más relevante de puertas para dentro, no deja de ser un hecho representativo del estado actual de la compañía. Literalmente una de las personas llamadas la liderar la compañía en esta “nueva etapa” ha durado apenas 3 meses en su nuevo cargo, tras más de 20 años en Activision. Como curiosidad, Mike Ybarra, que ahora queda como único presidente en el organigrama del conglomerado, estuvo 20 años en Microsoft antes de dar el salto a Activision Blizzard.

En el caso de Overwatch 2, Jeff Kaplan dejó la empresa en abril de este mismo año, y el productor ejecutivo del juego, Chacko Sonny, hizo lo propio en septiembre, mientras que en el caso de Diablo 4, el director del proyecto, Luis Barriga, salió en el mes de agosto, envuelto en las acusaciones de acoso sexual que comenzaron el descenso a los infiernos de la compañía.

“Aunque seguimos planeando entregar una cantidad sustancial de contenido de Blizzard el próximo año, ahora estamos planeando un lanzamiento más tardío para Overwatch 2 y Diablo 4 que el previsto originalmente.”

Con ambos proyectos anunciados oficialmente en la edición 2019 de Blizzcon (y en la posterior, confirmados que no llegarían a lo largo del año 2021), no es creíble que esta decisión se deba únicamente a estos cambios en las responsabilidades a más alto nivel en la empresa. Ni siquiera (de forma exclusiva) a la pandemia que nos sigue azotando, ya que han tenido tiempo más que de sobra para adaptar todos los procesos y refrescar la planificación. Así que todo parece apuntar a que no solo el caos se deja notar en las polémicas que aparecen semana sí, semana también, sino que también fluye hacia los aspectos más mundanos del desarrollo.


Otra teoría, más conspiranoica y que surge a título totalmente personal, es que han aprovechado esta nueva polémica para que el anuncio de retrasar sus dos mayores proyectos pueda pasar lo más desapercibido posible. Que se haya dado a conocer en una reunión de accionistas, y no en un evento relacionado con el mundo del videojuego, solo me hace sospechar más, siendo sinceros.

Tras observar la caída en desgracia de CD Projekt RED y su reputación el año pasado gracias a Cyberpunk 2077, parece que los responsables (que sigan en su cargo, visto lo visto) no han tomado una sola nota de los procedimientos que llevaron a la empresa polaca a perder la confianza tanto de los usuarios como de sus inversores, pues están repitiendo paso por paso todas las maniobras. Cierto es que el ser humano es el único animal que tropieza 2 veces con la misma piedra, pero hay ocasiones en las que es difícil caer más bajo. No puedo esperar a la semana que viene, a ver qué novedad nos ofrece Activision Blizzard para dejar lo de esta semana en nada.