Cloud Chamber será el nombre del estudio interno de 2K encargado de la nueva entrega de la franquicia

Han pasado 6 años desde la última entrega de la famosa franquicia shooter en primera persona/immersive sim Bioshock, publicada por 2K Games, siendo su última entrega titulada con el apellido Infinite, la cual trajo reacciones diversas en su fanaticada, sobre todo con el paso de los años.  Pero esta saga de videojuegos, la cual nació en 2007, no siempre fue tan divisiba. Hubo un momento en el que el mundo se detuvo a admirar la obra de Ken Levine, y este fue con Bioshock. En este llegamos -tras un accidente de avión- a una metrópolis subacuática llamada Rapture , donde la filosofía del objetivismo de Ayn Rand predominaba en su sociedad.

No Gods or Kings, only man

Bioshock

Big Daddy con Little Sister

En cuanto salió el juego, se llenó de críticas positivas tanto de la prensa especializada como de la comunidad de jugadores, llenándose de puntuaciones perfectas y siendo proclamado como juego del año por varias entidades tales como BAFTA y The Game Awards. Aún ahora, es recordado como uno de los juegos más importantes de la década pasada y, para muchos, uno de los mejores juegos de la historia. También fue el juego que, con permiso de Far Cry 2, vio el nacimiento del término “disonancia ludonarrativa” por una supuesta contrariedad entre la jugabilidad y la premisa de la historia del título con la cual yo no acabo de estar de acuerdo, pero ese es tema para otro día.

Desafortunadamente, la secuela no tuvo el mismo éxito arrollador de la primera entrega -tampoco es que le haya ido mal, que quede claro-. Esta secuela volvía a situarnos en Rapture, donde, en esta ocasión, encarnamos a un Big Daddy -el enemigo más icónico de la saga, sobre todo en la primera entrega- que deberá abrirse paso por numerosos obstáculos para mantener a salvo a su Little Sister, pequeñas niñas que llevan en su cuerpo ADAM, una sustancia muy codiciada por los habitantes de la decaída Rapture. En esta entrega, el director creativo Ken Levine no estuvo presente, ya que quiso concentrarse en el desarrollo de Bioshock Infinite, en el cual llegaremos en un momento, y porque no sentía que había nada más de que hablar sobre Rapture, lo cual, en parte, creo que fue el motivo de que Bioshock 2 se haya convertido en el título más “olvidable” si se quiere de la trilogía.

Por último, en 2013, tuvimos Bioshock Infinite. La última entrega de esta franquicia y la que dividió a los fans más que cualquier otra. De pasar de ser un immersive sim con tintes de terror y sólo frecuentes escenas de acción desenfrenada, pasamos a esto último a través de la gran mayor parte del título. En cuanto a la historia, muchos la llamaron demasiado enrevesada y con un final sin sentido. Por mi parte, cuando pienso en la escena del final, en el bautismo, se me sigue erizando la piel. Esta fue la última obra en la que participó Ken Levine.

Un nuevo Bioshock en el horizonte con un no tan nuevo estudio

2K Games ha confirmado que una nueva entrega de Bioshock se encuentra en desarrollo por un -según ellos- nuevo estudio, titulado Cloud Chamber. Aunque varios artículos demuestran no solo que el estudio nació realmente en abril de 2018, siendo ya casi 2 años de su nacimiento, sino también que una parte significativa del equipo responsable de Mafia III se encuentra en este nuevo equipo de desarrollo.

Pero más allá de si el estudio es nuevo o no, lo que más me llama la atención es cómo será un nuevo título de Bioshock sin Ken Levine a la cabeza. Bioshock 2 fue la entrega que menos me gustó de la trilogía tanto en historia como en su ambientación, pues todo el misterio de qué era Rapture y cómo había llegado a dónde estaba se había perdido tras el primer título. Mientras que el tercero, Infinite, mostró a una historia y personajes que, al menos para mí, fueron los más memorables de las tres entregas. Sin duda la ausencia de Levine se notará en esta nueva entrega, sólo esperemos que no sea para peor.