Cobardía digital

Ha pasado ya prácticamente un mes y medio desde que los primeros detalles filtrados sobre Alien: Blackout surgieron por la red, tratándose de un prometedor proyecto multijugador que, sin embargo, rompía con la filosofía de survival horror para un jugador que hasta ahora habían dictado SEGA y Creative Assembly con su muy notable Alien: Isolation. En su día, un servidor tiró de aquellos resquicios de cuñadismo que se hallaban en lo más intrínseco de su ser para criticar – o, más bien, advertir – dicho cambio de rumbo, que parecía optar por el mainstream de forma poco ortodoxa con tal de rascar algún que otro cero más. No obstante, parece que mis expectativas, pese a lo comentado, eran demasiado altas. Porque, sí, hoy estoy algo tristón, y, en parte, decepcionado.

Nunca fui un gran fan de Alien. Aunque creo que la vi demasiado tarde – en ese sentido, entono el mea culpa -, disfruté de El octavo pasajero, e hice lo propio con Covenant, también dirigida por Ridley Scott; al menos lo intenté, disfrutando tanto del largo como él mismo me permitió. No obstante, y de manera algo redundante, siempre me ha fascinado su capacidad de atracción; de acercar al fan de la ciencia ficción a un universo inicialmente frío, intimidante y adverso, por más reticente del terror que este sea. Isolation, anterior capítulo de la franquicia, tuvo dicho efecto, al menos, conmigo, encerrándome durante más de diez horas en una estación espacial Sevastopol de la que ni siquiera busqué escapar, disfrutando como pocas veces lo he hecho de esa tensión tan Del Toro que tan poco suele gustar a los que somos como yo, tan Fincher.

Vistos los rumores, no voy a decir que esperase la presentación de un Alien: Isolation 2 – de hecho, a los chicos de Creative Assembly se les ve bastante liados, por lo que ya me era bastante difícil imaginarlo de por sí -. Pero sí que esperaba, al menos, una decidida apuesta por el multijugador cooperativo, que no renegase de los esfuerzos narrativos que tanto tardaron en dejarse ver en la serie. Alien: Blackout no es nada de eso, y, de hecho, está muy lejos tan siquiera de acercarse a dichos conceptos. Es un juego para móviles.

Lejos de desprestigiar la plataforma – que tan buenos títulos nos ha dado durante los últimos años -, no hay que especular demasiado para imaginar, sin demasiado terror al fallo, que Blackout – que, ojo, se alza valiente al apostar por una jugabilidad en primera persona – acabará siendo el típico shooter gratuito o de precio reducido que logre posicionarse durante un par de semanas en los rankings globales, para luego acabar cayendo al pozo del olvido a una velocidad de vértigo. Asi, FoxNext Games, D3 Go! y Rival Games están creando un producto descaradamente llamativo, que probablemente – y ojalá erre – busque, de manera casi exclusiva, llenar aún más los bolsillos de una 20th Century Fox que pasó a ser propiedad de Disney desde finales de julio del pasado año, tras una compra valorada en más de 71.000 millones de dólares por parte de la compañía californiana.

El mercado móvil da dinero, y sus desarrollos no suelen ser ni demasiado extensos ni demasiado costosos. La publicidad, además, es barata a través de redes sociales, y en gran parte, a la hora de utilizar una licencia tan conocida como esta, ‘se hace sola‘, ya que la ingente cantidad de fanáticos que esperan un nuevo episodio de la franquicia se encargan automáticamente de destacarla desde el día uno. En definitiva, podríamos decir que lanzar un juego así para iOS y Android solo trae buenas noticias para la empresa – que no necesariamente para el nombre de la marca -, incrementando sus beneficios de manera notable con poco esfuerzo. No obstante, es ahora, mascando la tragedia, cuando toca sentarse, café en mano, y hacer esa pequeña búsqueda introspectiva que muchos ya veíais venir. ¿Es este el legado que queremos para una saga como Alien?

Aunque le haya costado años, Alien al fin ha demostrado que puede alzarse como una IP importante a nivel de sobremesa. No sé hasta qué punto la citada compra de 20th Century Fox habrá incentivado este desarrollo, pero, desde luego, creo Disney se ha quedado muy corta esta vez en términos de ambición, contando con muchísimo presupuesto para invertir en un juego que realmente merezca la pena, que llene aún más sus bolsillos y, lo que es más importante, que no haga daño al nombre de una serie tan querida como la que hoy nos ocupa.