El pupilo de Metroid y Hollow Knight

El género metroidvania, con su intrincada amalgama de exploración no lineal, progresión basada en habilidades y combate desafiante, ha experimentado un renacimiento en los últimos años, floreciendo con una miríada de propuestas independientes. En este vasto y concurrido paisaje, títulos como Hollow Knight han elevado el listón, consolidándose como referentes indiscutibles. Es en este contexto donde emerge Rebel Transmute, una creación de Evan Tor Games, con JanduSoft como editora, que llega a PlayStation 5 con la ambición de dejar su propia huella. Y lo cierto es que, aunque con alguna aspereza, lo consigue con creces, ofreciendo una experiencia que, a pesar de sus claras inspiraciones, logra forjar una identidad propia, exigente y profundamente gratificante.

Desde el primer momento, Rebel Transmute nos sumerge en un misterio. Encarnamos a Luna Mikono, una chatarrera espacial cuya misión, aparentemente sencilla, se transforma rápidamente en una epopeya por descubrir el paradero de su madre perdida en un planeta alienígena inhóspito y, a todas luces, hostil. La narrativa, aunque no se presenta de forma explícita o a través de cinemáticas grandilocuentes, se va desvelando de manera orgánica a medida que exploramos, descubriendo fragmentos de una verdad oscura y experimentos retorcidos que dan forma al lore de este universo. Es una aproximación sutil, que premia la curiosidad del jugador y que, aunque pueda sentirse algo hermética al principio, acaba tejiendo un relato personal y conmovedor que sirve de ancla para la aventura.

Exploración: step by step, pixel by pixel

La base de Rebel Transmute es la exploración, y en este aspecto, el juego brilla con luz propia. El mapa es un entramado vasto y laberinto de cavernas, instalaciones olvidadas y biomas diversos, cada uno con su propia personalidad visual y amenazas inherentes. Pasaremos de los vibrantes verdes de la Overgrowth a los misteriosos arrecifes fosforescentes de la Fisura de Coral o las inquietantes cristalinas superficies Sparkblood. La interconexión entre estas áreas está cuidada y es ingeniosa, resultando en un desbloqueo progresivo del mapa muy satisfactorio, con atajos que se abren, rutas alternativas que se descubren y esa sensación inconfundible de que cada nuevo salto o habilidad adquirida expande el universo de formas significativas. La progresión es deliberadamente no lineal, lo que significa que el jugador puede toparse con zonas y jefes en un orden diferente al que quizás el desarrollador previó, añadiendo una capa de rejugabilidad y personalización a la experiencia de descubrimiento. En este contexto de exploración y escenarios, si bien el mapa está presente y es útil, la naturaleza intrincada de los niveles a veces puede dejar al jugador con la sensación de estar un poco perdido, en el buen sentido de la palabra, donde la recompensa es el descubrimiento mismo.

Combate: inteligencia espacial y la anticipación

En cuanto al combate, Rebel Transmute realmente marca la diferencia y su impronta en lo referente a la movilidad. El arma principal de Mikono es un bláster, con una cadencia de disparo lenta y un alcance limitado. Solo puede disparar hacia arriba, hacia derecha e izquierda, y hacia abajo. Esta limitación, que deja vulnerables a ataques los ángulos diagonales, fuerza un estilo de combate que se aleja de la agresividad directa. Aquí, la clave es el movimiento, la precisión y la anticipación. Cada encuentro se convierte en una danza de esquivar, posicionarse y buscar la ventana perfecta para un disparo. La sensación de retroceso al golpear a un enemigo añade una capa táctica más, impulsando al jugador a mantener la distancia o a usarla para reposicionarse. Además del Blaster, Mikono tiene acceso a “bloodcasts”, una serie de hechizos que amplían su arsenal, añadiendo más opciones estratégicas en el fragor de la batalla, y aportando algo más de dinamismo con el que romper la monotonía de los disparos.

Dificultad: retos exigentes y variedad de opciones

La variedad de enemigos es notable, con varias decenas de ellos, cada uno con sus propios patrones de ataque y debilidades. Los encuentros con los más de 10 jefes son momentos cumbre del juego. Son batallas frenéticas, que exigen reflejos rápidos, memorización de patrones y una paciencia férrea. No son fáciles, ni mucho menos. De hecho, uno de los puntos más importantes de Rebel Transmute es su dificultad. El juego es implacable, especialmente en sus primeras horas. Los segmentos de plataformeo, a menudo con trampas ambientales mortales y obstáculos móviles, pueden ser brutalmente precisos, evocando la exigencia de títulos como Celeste. Esta dificultad, que para algunos será un factor determinante, puede ser una barrera de entrada para otros. Si bien el juego ofrece algunas características de accesibilidad, como la opción de más vida o no recibir daño de los peligros ambientales, la sensación general es que Rebel Transmute ha sido diseñado para jugadores experimentados en el género que buscan un desafío considerable. No es un juego que te lleve de la mano; te suelta en un mundo hostil y espera que te adaptes.

Un sistema que eleva la experiencia de juego y le otorga una profundidad estratégica excepcional es el de las “augmentaciones”. Mikono puede encontrar y equipar más de 50 mejoras únicas, que alteran drásticamente su estilo de juego. Estas mejoras funcionan a base de coste de oportunidad, tenemos unas ranuras y puntos limitados, y cada mejora consumirá una ranura y una cantidad determinada de puntos. Así que la elección es crucial. La flexibilidad es la clave: ¿quieres un estilo agresivo que priorice el daño? ¿Prefieres una aproximación cautelosa con mejoras defensivas? ¿O tal vez te inclinas por invocar criaturas amistosas que te ayuden en combate? Las opciones son variadas y permiten al jugador experimentar y adaptar a Mikono a sus preferencias. Es importante destacar que algunas funcionalidades básicas, como la capacidad de curarse o incluso ver tu posición en el mapa, están ligadas a estas dichas mejoras, lo que añade una capa interesante de toma de decisiones sobre qué habilidades priorizar en cada momento. Gracias a este sistema se incentiva al rejugabilidad, ya que el orden en la exploración, y la combinación de las mejoras que encontramos nos pueden permitir abordar diferentes estrategias ante cada obstáculo.

Pixel art y música retro, ¿para qué más?

Visualmente, Rebel Transmute apuesta por un estilo pixel art muy de la “vieja escuela”, que recuerda a títulos como Metroid Fusion, lo que le confiere un encanto retro pero con un toque moderno. Sin ser nada técnicamente apabullante, la dirección artística logra crear atmósferas distintivas para cada bioma, con paletas de colores que van desde los tonos verdes exuberantes de la vegetación hasta los rosas y azules eléctricos de los arrecifes y las minas cristalinas. Hay una personalidad palpable en el diseño de personajes y enemigos, que termina de construir el “worldbuilding” visual de Rebel Transmute.

La banda sonora brilla con personalidad propia, y logra crear patrones rítmicos que se graban en la memoria a corto plazo del jugador. Compuesta por Evan Tor Leibman, la música es inmersiva y atmosférica, adaptándose perfectamente a cada momento del juego. Desde los temas más bombásticos y frenéticos de las batallas contra jefes hasta las melodías melancólicas y enigmáticas que acompañan la exploración solitaria todo encaja con el tono de cada sección. Se perciben influencias de las bandas sonoras clásicas de ciencia ficción y de los apartados musicales tan carácteristicos de consolas como Super Nintendo o GameBoy. En este sentido, el apartado musical acompaña a la estética como vehículo nostálgico y de encanto por lo retro. El diseño de sonido, aunque más discreto, cumple su función, reforzando la sensación de impacto en combate y la interacción con el entorno.

Un digno aprendiz de los grandes maestros

En resumen, Rebel Transmute es un metroidvania que no teme desafiar al jugador. Toma claras inspiraciones de gigantes del género como Hollow Knight y Metroid, pero las fusiona con ideas propias, particularmente en su sistema de aumentaciones y su enfoque en el combate preciso y táctico. No es un juego para todos; su alta dificultad y su plataformeo exigente pueden frustrar a aquellos que buscan una experiencia más relajada. Sin embargo, para los aficionados al género que anhelan un desafío exigente, una exploración gratificante y un sistema de personalización profundo, Rebel Transmute es una joya oculta que merece ser descubierta. Es un testimonio del talento de los desarrolladores independientes y de que, incluso en un género saturado, siempre hay espacio para propuestas innovadoras y emocionantes. 

Rebel Transmute ya está disponible en formato físico para PlayStation 5 y Xbox One, de la mano de Tesura Games.


Este análisis ha sido realizado mediante una clave digital para PlayStation 5, facilitada por Tesura Games.