El juego como parte del día a día

Ya casi llegamos a la mitad de este año 2019, y con esto Meditations llevará ya alrededor de 140 juegos publicados. Por esto mismo hoy he decidido echar la mirada atrás y meditar sobre lo que llevamos de este magnifico proyecto y que nos dice del video juego como experiencia que se integra a nuestro día a día, que se vuelve parte de nuestra vida y de nuestra rutina. Pero antes de dar rienda suelta a los caballos, una breve presentación para los que hayan llegado tarde a la fiesta.

“Meditations es un launcher que cada día pone a tu disposición un pequeño videojuego con su correspondiente descripción. Una distracción, una lección o una inspiración adicional para tu vida cotidiana”.

Meditations-Logo

Meditations es un proyecto comunitario de más de 350 artistas, que básicamente descarga un programa a tu ordenador que, por el resto del año, te permite experimentar un pequeño juego cada día. Cada meditación, porque así es como el proyecto se refiere a sus juegos, es desarrollada por una persona diferente y cada una viene acompañada por un pequeño texto presentando al juego. Lo cierto es que Meditations no es un todo cohesivo, dada su variedad de autores. Por eso mismo ninguno de estos juegos explora la idea de ser parte del día a día de la misma forma, algunos creadores tan solo intentan ser lo mas expresivos con los limites de tiempo (tanto de realización como de tiempo de juego) que se les ha dado. Resultando en pequeños experimentos para suscitar sensaciones simples de una forma más profunda de lo habitual.

Por ejemplo, la meditación del 14 de febrero nos habla de lo que es el amor poniéndonos tan solo al control de dos amantes intentado dar de comer palomitas el uno al otro. Por un lado, está la simple idea de hacer feliz a su pareja, claro, pero la tarea se vuelve tediosa al darnos cuenta que con la misma tecla movemos los brazos de los dos personajes en sentidos opuestos. Resultando en torpes golpes y roces. Así, el juego pone en bandeja lo más simple y con lo que mas nos cuesta lidiar de una relación, el tener que moverse, y de manera más general, vivir siendo conscientes de que hay alguien al lado nuestro. A través del input de movimiento Jenny Jia Hsia, logra convertir la actividad de comer palomitas en una danza reveladora de lo que es el amor.

Otras de estas meditaciones buscan resaltar el valor del día en que son publicados, a veces para la humanidad en general: desde homenajes a juegos clásicos de la infancia, hasta amargas -pero necesarias- notas sobre las catastróficas situaciones de ciertos países y otras de corte mucho más personal. Aunque la idea ya pueda parecer atractiva por el mero hecho de poder explorar los estilos de diferentes autores alrededor del mundo, que empujan al video juego con estos pequeños experimentos (o simplemente porque nos atrae la idea de jugar a un juego corto cada mañana ante de empezar el día), la verdad es que Meditations gana toda su fuerza cuando los creadores son conscientes de la naturaleza del programa (que su juego solo será jugado una vez al año) y juegan con esto para hacer lo contrario de lo que la mayoría de los juegos hacen hoy en día. Con esto quiero decir que en vez de pedirnos que nos salgamos de nuestra vida diaria para entrar en esta realidad aparte, estos juegos se presentan como pequeñas experiencias que se adhieren a la vida del jugador.

RUNONCE(remember_me)-NathalieEl resultado es algo similar a lo que Nathalie Lawhead hace en su pequeño RUNONCE (remember_me), un juego que niega la capacidad al jugador de esconderse tras la pantalla, ya que se desarrolla literalmente en nuestro escritorio, el personaje vive y se desplaza en el espacio de nuestro ordenador. Claro que, ninguna de estas experiencias explora la materialidad del medio como este juego, pero a su manera, aprovechan el hecho de que son experiencias únicas.

La meditación de Rosa Carbo-Mascarell es un gran ejemplo de esto. Se trata de un juego que se desmarca del resto por durar 6 horas del día en que es accesible, en el cual debemos cuidar de nuestra flor dándole toques de vez en cuando mientras la vemos florecer.

No lo veo tanto como un afán de ser original o convertirse en una suerte de evento, pero más bien como una forma de borrar un poco más la barrera que hay entre el video juego y la vida de los que lo juegan. Por un día de nuestras vidas, esta flor nos acompaña en nuestra rutina sin invadir todo nuestro tiempo, ya que tan solo tenemos que hacer clic en ella unas cuantas veces. Tan solo tenemos que reconocerle y darle la atención que necesita. Irónicamente, a causa de un trabajo que me surgió yo no pude cuidar de ella el resto del día, volviendo la ya de por si directa metáfora del juego un poco mas reveladora, quizás. Solo hay que ver las narrativas que muchos de estos juegos endorsan: acariciar un perro, nadar en la playa, salir de una caja, lanzar una pelota para ver si alcanza a tocar el techo de tu cuarto. Todas son movimientos cortos y vacíos que por alguna razón se quedan en nuestra cabeza más tiempo del que deberían. Como esos cortos, pero bastante significativos momentos que solemos tener de vez en cuando, ya sea en sueños o en nuestro día a día, para bien o para mal.

La meditación del 23 de enero, hecha por Nick Kaman, es exactamente eso: un movimiento brusco que en cuestión de segundos ha pasado y se vuelve completamente normal. Te estas ahogando cerca de la bahía (situación en la que ya de por si, muchos de nosotros hemos estado), y para nadar tienes que hacer clic derecho e izquierdo rítmicamente, adaptándote al ritmo del personaje, si, pero la clave esta en que nunca se te explico como nadar, por lo que hay un pequeño pánico al principio, que se ve rápidamente remplazado en el momento en que comprendes como funciona y te sientes como todo un adulto nadando en el mar.

Esto es lo que muchos de estos juegos son, la sensación de incomprensión de ser lanzado dentro de un juego en el que te ves obligado de reinterpretar, en mayor o menor medida, la manera en que se supone que deberías de interactuar con la máquina. Algo que es valioso no solo por el incentivo de explorar los límites del medio  por parte del desarrollador, pero también porque, como jugador, es lo que te obliga a despojarte de toda preconcepción de cómo debería ser tu experiencia, como deberías moverte y por ende como deberías interpretar el simple hecho de nadar, cuidar de una flor o comer palomitas en un juego. Quien sabe que deparara el resto del año en Meditations, pero solo por estos juegos que acabo de mencionar, creo que vale la pena al menos entrar por el simple hecho de ver como el medio se presta para un montón de voces, sensaciones y mensajes diferentes, desde algo abstracto como el amor hasta el simple hecho de nadar… llena de esperanza para el futuro del videojuego, la verdad.