Súperpoderes por un palo "poderoso"

En el primer videojuego de mi querida serie South Park nos metimos en la piel del niño nuevo del pueblo que acababa de mudarse junto a sus padres y cuya única preocupación era salir, conocer a otros niños y jugar. Las ordenes de nuestros padres eran sencillas y pronto nos vimos embaucados en un juego medieval en el que todos los niños participaban después de las horas de clase. Empezando desde cero y armados tan solo con nuestro mote “Douchebag” fuimos luchando para recuperar la Vara de la Verdad.

Una vez hecho un resumen de la anterior entrega podemos proceder al análisis de este gran título.

Traicionado por tu propio padre

Coronado como Rey, el niño nuevo a nuestras órdenes se levanta del retrete para continuar con la trifulca que se prepara en la calle de nuestra casa para explicarnos las nuevas mecánicas del combate, bastante diferentes a las de la entrega anterior. Se acabaron las armas de melé, las de distancia, las magias y habilidades, ahora nos moveremos libremente por el campo de batalla dividido en casillas y nuestros ataques podrán afectar a varias filas o columnas así como empujar a los enemigos y aplicarles estados.

Antes de empezar, este análisis estará libre de spoilers de peso. Una vez superado el aparente complicado tutorial al aparecer un dragón que nos impide el paso, The Coon vendrá del futuro – como en los anuncios de lejía – para convencer a su grupo de superhéroes de que han de abandonar la búsqueda de la Vara porque el rescate de un gato desaparecido para cobrar la recompensa y así empezar con las producciones de películas y series de superhéroes.

Una historia completamente diferente a la predecesora se nos presenta con más compañeros, más habilidades y, sobre todo, más y mejores disfraces. Sin embargo parece que el juego La Vara de la Verdad tenía mejores ideas y estaba mejor planteado, me explico: en el primer juego llegábamos al pueblo sin conocer a nadie y poco a poco nos iban presentando a todos los personajes de ambos bandos y contábamos con mayores incursiones en zonas del mapa como, por ejemplo, el colegio protegido por los guardas de pasillo hasta que rescatábamos a nuestro colega.

Además todas las noches nos despertaba algo que nos sacaba de la cama ofreciéndonos retos hasta que volvíamos a nuestras sábanas con un nuevo poder. Nuestro personaje crecía exponencialmente conforme avanzábamos. Ayudábamos a gente y nos agregaban en las redes sociales, los poderes tenían una razón tangible, que habíamos vivido y sufrido, etc. Sin embargo en Retaguardia en peligro parece que todo es más apresurado.

Ahora, como el niño nuevo que somos, nuestros amigos cambiarán de juego drásticamente dejando las espadas y arcos debajo de las camas para volver a la guerra entre súper franquicias. Nosotros no contamos con ningún poder más allá del de hacer amigos rápido en las redes sociales y controlar innaturalmente nuestro ano, así que The Coon nos dará a elegir entre tres tipos de superhéroes para comenzar y el precio a pagar será que nos “recordará” un trauma de cuando éramos pequeños y que provocaría el afloramiento de nuestros poderes (como el origen de todos los superhéroes, vaya). Cargada de humor, esta historia irá cambiándose a lo largo del juego pero nunca perdiendo su esencia.

Pero una de las cosas que me ha encantado ha sido la posibilidad de elegir la descripción de nuestro héroe. En esta entrega podremos hacer misiones secundarias en las que dejaremos claro – aunque técnicamente nuestro personaje principal no habla, aquí hay una pequeña contradicción – cual es nuestra orientación sexual, etnia, religión, etc. Un tema muy polémico actualmente que los creadores de South Park no iban ha dejar escapar. Y, como súmun, la capacidad que adquiriremos de detectar microagresiones y poder agredir a aquellos que las cometen en combate, una nueva incorporación al juego que me ha hecho reír muchísimo.

Reflexionando una vez terminada la trama principal me he dado cuenta de que en esta entrega se echan de menos a muchos personajes importantes de la serie que hacían aparición en La Vara de la Verdad. Esta bien que hayan querido hacer dos juegos diferentes en cuanto a contenido pero aún así, muchos personajes queridos por todos quedan eclipsados haciendo aparición únicamente para agregarnos a las redes. Pero, cómo no iba a mencionarlo, en este título aparece Morgan Freeman regentando una tienda de tacos y ofreciendo mejoras de nuestros poderes así que no me puedo quejar.

Pues así mismo, con los tacos de Morgan Freeman, ganaremos nuevos poderes que cambiarán la jugabilidad de algunas zonas del mapa y nos permitirán hacer misiones que antes no podíamos ya que ganaremos confianza en nuestro esfinter y así aprenderemos nuevos usos que darle. Además, conforme vayamos conociendo niños podremos ir contando con sus poderes más característicos para limpiarnos el camino, mover objetos pesados, etc. Justo como en la primera entrega pero con más amigos y mejor pensado en general.

En los combates me he sentido mucho más libre y al final me lo he pasado mejor que con los antiguos. Ahora contamos con tres compañeros de combate como máximo que podremos cambiar cuando queramos (menos cuando algunos están bloqueados) y así adaptarlos a nuestra forma de juego y a los poderes de nuestro niño nuevo. Además algunas de las habilidades definitivas han conseguido que tuviera que pausar el juego (que se puede pausar en cualquier momento – ¡Gracias! –) porque no veía de las lágrimas provocadas por la risa.

South-Park-The-Fractured-But-Whole

The Coon en busca de gatos a los que rescatar

Algo que me ha dejado frío ha sido Butters. El que parecía que sería un gran villano que nos haría muy complicada la vida de estudiante queda olvidado tras tres combates y cuatro bromas – bastante buenas, eso sí -. Por lo tanto, da que pensar que nos lo encontraremos de nuevo en los DLCs que llegarán al juego aunque sean solo suposiciones mías.

Sobre el apartado gráfico poco puedo comentar. Es como estar dentro de uno de los capítulos de esta gran serie de animación. Para los que no la conozcáis, si hay alguno que haya llegado tan abajo de este artículo, se trata de una serie gamberra y sin pelos en la lengua cuyos creadores nos recomiendan no ver pero yo hago caso omiso y, aún más, os recomiendo lo contrario.

No puedo hablaros del doblaje al castellano, aunque cuenta con él, porque desde siempre he visto South Park en inglés y se me hacía horrorosamente duro escuchar los doblajes así que disfruté de las voces originales en inglés. Pero bueno, aquellos que estéis acostumbrados a su castellano o no os sentáis a gusto en inglés tenéis la posibilidad de escuchar las voces originales en español.

Disfrutable pero poco ambicioso

Por lo tanto, para ir poniendo un punto y final a este escrito, si os gustó el primero dadle un tiesto a esta segunda entrega. Es cierto que no logra llegar al nivelazo de Stick of the Truth pero lo intenta con fuerzas y en algunos aspectos tenemos bastantes mejoras. La posibilidad de ir añadiendo poderes a lo largo de la historia le da mucha más fluideza que en el primero, que una vez decidíamos nuestra clase no podíamos cambiar. ¿Vale los 70 euros que cobran ahora mismo en consolas? En mi opinión no, pero seguro que no tarda en bajar y ahí sí, entonces disfrutad de él.


Esta review se ha realizado con una copia para PC adquirida por la propia redacción.