Vuelta al pasado

NOTA: En este artículo quiero hablar de los videojuegos antiguos que vuelven de forma completamente renovada a nuestros ordenadores o consolas, no de los remasters que simplemente ‘transportan’ la experiencia original a la generación actual. De eso ya hablaremos otro día, que da para largo.


¿Cuántas veces hemos echado la vista atrás y recordamos los años de niñez como los mejores de nuestra vida? ¿Es porque de verdad lo fueron o porque queremos pensar que así fue? Los dibujos animados eran mejor que los de ahora, jugábamos con cosas mejores que los fidget spinner en el recreo, teníamos que esperar unas horas después de comer a que hiciéramos la digestión para meternos en la piscina… Bueno, eso último no era lo mejor de la infancia. Nos sentimos más orgullosos de nuestra infancia que la que tienen los niños de ahora y este proceso se repetirá siempre.

Recuerdo con especial cariño aquellas demos, o incluso juegos, que venían en las cajas de cereales y cloud-final-fantasy-vii-infanciarevistas, ahora llevan una cuchara que cambia de color con la leche caliente. Así que yo, como todos, echo la vista atrás y pienso que todo tiempo pasado fue mejor pero me equivoco, cada tiempo es diferente y cada uno tiene sus cosas buenas y malas.

Las grandes empresas de videojuegos saben de esta idea que tenemos sobre los años de infancia y nos están volviendo a vender los juegos con los que pasamos horas delante de la “caja tonta”, como se llamaba entonces, y nosotros esperamos recuperar esos momentos mágicos que vivimos hace años.

Muchos de nosotros no podíamos tener muchos juegos al año, que entrara uno nuevo a casa era todo un acontecimiento que había que celebrar y esta euforia no terminaba hasta que llegaba otro nuevo que lo sustituyese. Ahora nos encontramos con una biblioteca de Steam demasiado amplia como para jugar a todo en el tiempo libre que tenemos o varios triple A esperándonos encima de la consola mientras acumulan polvo.

Se ha perdido esa emoción infantil por lo nuevo a cambio de tener más de lo que podemos abarcar. Por no hablar de que antes dábamos gracias si no teníamos que soplar mucho los cartuchos o si aparecía el logo de la PlayStation 1 pero ahora rebosan las quejas por cada cosa. Somos más críticos, no hay nada malo en ello, pero a veces lo somos en exceso.

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Comparación gráfica entre Crash Bandicoot (PS1) y Crash Bandicoot N. Sane Trilogy (PS4)

Buscamos juegos con un mapa tan grande en el que sea imposible ver cada rincón, unos gráficos a 4K y 60 imágenes por segundo estables. Y si ya cuenta con un multijugador espléndido que no aburra y cuente con una comunidad excepcional, nos daremos con un canto en los dientes. Antes premiábamos la dificultad (a lo que ahora se recurre con un simple “El nuevo Dark Souls”) y, sobre todo, la duración porque teníamos tardes aburridas por delante, veranos sin planes, etc. Ahora, por lo menos servidor, el tiempo que tenemos es para invertirlo en pequeños bocaditos que sienten bien, no en campañas infinitas.

No hace mucho tiempo encontré la caja en la que tengo guardadas la PlayStation 1 y 2, desempolvé la primera y me puse a jugar. Crash Team Racing, Driver, Oddworld: Abe’s Oddysee protagonizaron mi tarde tanto como protagonizaron mi infancia. Recordaba esas carreras del Crash como un complot masivo de mis contrincantes hacia mi personaje con armas de destrucción masiva, grandes subidones de adrenalina mientras las persecuciones de Drive, o un gran desconocimiento de lo que estaba haciendo en Oddworld pero, ¿qué eran esos recuerdos? Falsas memorias hechas por mi cerebro.

Falsas, sí, pero bonitas. En mi imaginación recreaba escenas de estos juegos y otros tantos con unos gráficos mejores que los de Crysis 3, mundos más grandes que los de The Witcher 3 y, sobre todo, muchísima más diversión que con cualquier juego actual. Por lo tanto, y aunque tenga que vivir engañado, soy de la opinión de mantener estos juegos en el pasado para seguir recordándolos como ahora lo hago.

Bernard-day-of-the-tentacle-infanciaMi juego de infancia favorito es, sin duda alguna, Day of the Tentacle. Esta es una aventura gráfica de Lucas Arts que no logré superar hasta que no entró la guía por la puerta de mi casa. Un juego complicado, divertido y moderno ya que fue la primera aventura gráfica en incorporar voces lo cual – aunque no entendía casi nada – le daba más vida y emoción. Hace no mucho se lanzó la versión remasterizada que contaba con gráficos en alta definición y lo regalaron en PlayStation Plus. Pues bien, a día de hoy aún no lo he ejecutado por miedo.

Le tengo tanto cariño al juego y me gusta tanto recordarlo como lo hago ahora mismo que no quiero volver a tocarlo. No me apetece pensar en la situación de rejugarlo y no encontrarle la gracia o que me parezca un juego mediocre o malo, prefiero vivir en el pasado y no arriesgarme a perder tales recuerdos.

No me malentendáis, me encanta que se haya recuperado el juego como tantos otros y que las nuevas generaciones puedan probarlo si les interesan, a pesar de que me parece un movimiento muy sencillo por parte de las compañías para ganar dinero. Sin apenas trabajo pueden sacar un refrito de estos juegos, tal vez con su arte pixel renovado en alta definición y poco más, y vender miles y miles de copias porque nos mueve el amor que recordamos teníamos por estos juegos.

Por ahora prefiero seguir probando las novedades y dejar aquellos bonitos recuerdos viviendo en mi cabeza. No quiero participar en esta estrategia de ventas y prefiero quedarme con lo que ya tengo. Con respecto a vosotros, haced lo que os parezca pero, sobre todo, disfrutad.