"Es el mercado, amigo"

Ya han pasado unos cuantos días desde que Metal Gear Survive se puso a la venta, pues la última apuesta de Konami por la supervivencia zombie en tercera persona llegó a nuestras tiendas el pasado jueves, 22 de febrero. Gracias a los últimos comunicados de prensa por parte de la compañía nipona, todos los jugadores que le seguíamos la pista al juego sabíamos de buena manera que, en su estreno oficial, este iba a incluir micropagos por doquier, aunque a nadie se le pasó por la cabeza que llegaran a tal extremo.

La aventura de carácter cooperativo, que hereda prácticamente todas las mecánicas de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, presenta una economía muy particular, basada en todo momento en una moneda virtual bautizada como Survival Coin. Esta divisa se puede adquirir a través de la tienda del juego con dinero real, aunque, todo sea dicho, también es accesible a través de reiterados inicios de sesión; cada vez que entremos al juego de manera consecutiva recibiremos treinta de estas monedas. A la hora de pasar por caja, encontramos diversos packs que cuentan con precios muy diversos, pues van desde algo menos de un euro hasta casi los cincuenta pavos:

  • 100 SV coins – €0.99
  • 550 SV coins – €4.99
  • 1150 SV coins – €9.99
  • 3500 SV coins – €29.99
  • 6000 SV coins – €49.99
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It was at this moment that he knew…

La parte más “divertida” de toda esta problemática, desgraciadamente ya estandarizada en el mercado actual, llega con el estreno de la propuesta, y con unos primeros jugadores que, nada más iniciar la entrega, se encuentran de bruces con que, a excepción del primero, los slots disponibles para la creación de personajes se encuentran completamente bloqueados. En otras palabras, por cada personaje adicional que queramos crear deberemos de pagar nada más y nada menos que 1000 SV Coins; algo menos de diez euros reales al cambio. La forma alternativa de desbloquear esta posibilidad, realmente desoladora, no es otra que la de ingresar al título durante nada más y nada menos que 39 días seguidos, a fin de recaudar la guita necesaria poco a poco.

Cabe destacar que durante todo este artículo estoy obviando el resto de microtransacciones presentes en la entrega, igualmente descaradas y criticables, ya que prefiero centrar mis esfuerzos en hablar sobre una acción con la que Konami ha traspasado una barrera inimaginable para muchos de nosotros. Una acción que demuestra el exacerbado pasotismo de la empresa con respecto a una de sus franquicias más importantes; con respecto a una de las sagas que la ha posicionado donde está, y que ahora, sin Hideo Kojima al frente, ha acabado por convertirse en poco más que un meme. Una decisión que, junto a otras tantas, ha convertido una saga de culto en una licencia enfocada solo y exclusivamente a llenar los bolsillos de sus productores, y un claro ejemplo de cómo no deben de implementarse los micropagos en un videojuego.

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Quitándole hierro al asunto, supongo que al menos los jugadores de consola siempre tendrán la posibilidad de hacerse un nuevo usuario para disfrutar de la entrega con otro personaje sin tener que pasar por el aro. En el caso de los usuarios de PC, no obstante, las triquiñuelas de este tipo – que, desde el completo desconocimiento, no digo que no las haya – son algo menos comunes, poco accesibles para los jugadores más casuales, pues, al menos en el caso de Steam, la compra en cuestión está ligada al perfil del usuario.

De igual forma, me hierve la sangre cada vez que me toca hablar sobre estas alternativas, pues el derecho a un segundo slot – al menos, en los títulos que lo permitan – debería de estar implícito en el contrato que, como usuarios, todos aceptamos al pagar los casi 40 euros que cuesta la aventura original. Independientemente de mi posición con respecto a los micropagos (que tampoco es demasiado optimista), está claro que el hecho de poder crear otro personaje no se resume a algo cosmético, ni presenta ningún impacto en el juego. Es, normalmente, una cuestión de necesidad, provocada por el hecho de que nuestro hipotético hermano también quiere disfrutar del producto, porque queremos utilizar un perfil secundario para jugar con un amigo en concreto, o simplemente porque nos apetece rejugar el título con otro aspecto. Y sea cual sea la razón que nos motive a ello, no debe de ser tratada, en ningún concepto, como una opción privilegiada solo al alcance de unos pocos.