Lo último de Boss Key Productions registró cero jugadores en Steam el pasado miércoles

Parece que el bueno de Cliffy B. no gana para disgustos. Desde su estreno oficial el pasado 8 de agosto, LawBreakers, la apuesta por la acción multijugador en primera persona de Boss Key Productions, no ha dejado de ver mermadas sus ventas semana tras semana. El punto álgido de la situación, sin embargo, no se alcanzó hasta este pasado miércoles 10 de enero, cuando la propuesta registró un mínimo histórico de cero jugadores simultáneos. Vamos, que ni el propio Bleszinski entró para ver qué tal iban los servidores.

Dicha información nos llega vía Steam Charts, donde también se especificaba que, en principio, ningún mantenimiento se había llevado a cabo durante este periodo de tiempo. Tampoco fue una caída de servidores, al parecer, pues la cuenta oficial del título no notificó de dicha supuesta problemática en ningún momento. Igualmente, se tratan de unos datos fácilmente creíbles que a nadie deberían de pillar por sorpresa, especialmente si tenemos en cuenta el recorrido de la propuesta, que en el momento de redacción de esta misma entrada apenas cuenta con seis jugadores simultáneos.

Está claro que algo falla con LawBreakers. Nexon, la editora del título, salió a la palestra recientemente para asegurar que el fracaso de la aventura se debía, casi en su plenitud, al desafortunado lanzamiento de PlayerUnknown’s Battlegrounds, pues su éxito arrollador le había restado protagonismo. Y es probable que lo último de Bluehole tenga algo de culpa, pero no creemos que sea la causa principal del desastre. Al fin y al cabo, alternativas tan humildes como Paladins actualmente cuentan con una salud notable, por lo que quizás en Boss Key estén buscando un culpable que no existe.

Lawbreakers

No seré yo quien juzgue el acabado final de LawBreakers, pero sí que me gustaría dar ciertas impresiones rápidas sobre algunos aspectos, que me parecen necesarias para comprender la situación. Tras unas cuantas horas de juego, he de decir que el producto final me pareció muy divertido y arriesgado, apostando por unas mecánicas insólitas, pero que quizás podían llegar a caer en el tedio a medio plazo. Además, puede que visualmente, especialmente a nivel técnico, sea una entrega impactante por momentos, pero sus personajes, completamente exentos de carisma, restan enteros a un conjunto que parece más plano y genérico de lo que realmente es. No obstante, si buscamos la raíz del problema, creo que hay dos principales sospechosos que saltan a la vista de cualquier usuario que haya seguido mínimamente el desarrollo.

Hablamos, cómo no, de lo tarde que ha llegado al mercado en comparación con sus competidores, así como del modelo de negocio escogido. No cabe la menor duda de que, gustos personales aparte, Overwatch ha sido toda una revolución en el mercado, poniendo la industria patas arriba y siendo a 2016 lo que PUBG ha sido a este 2017, si es que se tratan de casos comparables. Y no vamos a entrar en el “quién llegó antes” o en “quién se copió de quién”, pues creemos que se trata de un debate más amplio de lo que parece, y que debe de investigarse con un mayor número de perspectivas y detalles de los que poseemos actualmente (por ejemplo, no sabemos con exactitud cuándo comenzó la preproducción del proyecto, lo cual es de suma importancia para poder dar una opinión fundamentada al respecto). Pero lo que está claro es que LawBreakers ha llegado demasiado tarde a un nicho de mercado que ya está lo suficientemente transitado, y en el que actualmente ni Blizzard ni Hi-Rez están dispuestos a permitir que un nuevo proyecto de estas características les robe ni una sola venta (o una sola descarga, en el caso de Paladins).

Al no presentar tampoco ningún elemento diferenciador de peso, hay que hacerlo realmente bien para convencer a la gente de que realmente tienes un juegazo entre manos, y de que realmente se lo van a pasar de lujo con tu producto. Es aquí donde entran las más que cuestionables decisiones a nivel comercial. La publicidad de LawBreakers ha sido nula, con una presencia anecdótica en las grandes ferias del sector, y un despliegue de anuncios francamente bajo. Boss Key y Nexon debieron de haber realizado, en el pasado, más acuerdos con las caras visibles de la industria. Y sabemos que llevar a cabo esta clase de reuniones no es nada fácil, pero se trata de lo nuevo del padre de Gears of War: no estamos ante un estudio indie, sino ante una compañía con presupuesto, y con facilidades a la hora de realizar esta clase de promociones. Y si no puedes permitirte hacer algo así, no puedes permitirte cobrar 40 euros por un juego.

¿De cero a héroe?

Cobrar el juego exclusivamente durante el primer año de su desarrollo con tal de rentabilizar pronto el proyecto es una idea que nunca me ha gustado. Es algo que ya critiqué en Fortnite, y que ahora critico en LawBreakers. En ambos casos, parece que el tiempo me ha dado la razón. La comunidad de jugadores no se chupa el dedo, y menos aún aquella sección de usuarios a la que está enfocado este juego de acción. Dentro de su género, se trata de una aventura relativamente hardcore, que prácticamente desconocen los jugadores ‘casuals’. Y creo que está claro que todo jugón – metido mínimamente en la industria – que sepa que esperando un año va a poder probar LawBreakers gratis, frente a los 40 euros que vale en cualquier tienda, va a decidir esperar, a menos que el hype pueda con él.

lawbreakers

Es la pescadilla que se muerde la cola. Cliff Bleszinski era el primero que desconfiaba de su free-to-play, y por eso decidió cobrarlo durante este año para rentabilizarlo cuanto antes. Pero, junto a otras intrepideces menores a las que tampoco les queremos restar importancia, ha sido esa precisa decisión la que ha hecho que gran parte de la comunidad interesada por la entrega se haya desinteresado de la noche a la mañana. Porque yo mismo habría jugado a la entrega durante muchas horas más de las que he jugado si hubiese sido gratuita desde el principio, al igual que le he dedicado mucho tiempo a Paladins – pese a que ésta propuesta, quizás por su excesivo parecido con Overwatch, me atraiga algo menos.

Quizás hayan sido esas escasas pero buenas horas, sin embargo, las que me estén llevando a no acabar esta entrada con un mensaje tan pesimista. A querer pensar que LawBreakers todavía tiene mucho que demostrar, y a rezar porque Boss Key logre sacar el proyecto adelante una vez dé el esperado paso hacia el F2P. Tendremos que esperar hasta verano para ello, pero eso está muy lejos de ser algo malo. El equipo todavía disponible de mucho tiempo para seguir apostando por el título, de darle el lavado de cara que se merece y de preparar una nueva tanda de contenido con la que, ahora sí, consigan mantener una gran base de usuarios. O una normalita aunque sea. Con eso también nos vale.